Una familia inglesa se encuentra en aislamiento tras recibir la devastadora noticia de que su bebé de tan sólo un año de edad podría estar presentando síntomas de COVID-19. Al principio, Jessie y Joe Mitchell pensaron que ellos no se encontraban bajo el peligro de sufrir el virus del que todos están hablando.
Los Mitchel viven en la ciudad de Looe en Cornwall.
Su única preocupación era la madre de Jessie ya que es de la tercera edad y sufre de una serie de condiciones médicas que hacen que su salud sea más delicada. A pesar de todo esto, el primero en enfermarse fue el pequeño Perran.
“No tenía tos ni problemas para respirar, pero su fiebre no paraba de subir” recuerda su madre.
El bebé comenzó a mostrar algo defiebre y ellos pensaron que por su edad debían ser los síntomas de que sus dientes estaban saliendo.
Lamentablemente, la fiebre resultó ser cada vez más alta y comprendieron que podía tratarse de algo realmente serio. Consultaron a un médico por teléfono y le explicaron los síntomas del bebé.
Fue allí cuando recibieron un probable diagnóstico que les cayó como un balde de agua fría.
“Quedamos en shock. Asumimos que nosotros podíamos enfermarnos pero que el bebé no”, confesó Jessie.
De inmediato, la familia entera recibió instrucciones por parte de un equipo de salud y permanecerán en cuarentena durante al menos 14 días. Por ahora, la mayor preocupación de todos es la abuela del bebé que tiene 66 años y que está cumpliendo con el aislamiento en su propia habitación.
“Puede que un bebé o alguien de 30 años logre sobrevivir pero se convierten en una fuente de contagio para las personas mayores que son más vulnerables”, dijo Jessie.
Perran, mientras tanto, sigue luchando contra su terrible fiebre. Su nivel de energía es tan bajo que tiene muchas dificultades para comer.
Sin embargo, los padres se mantienen en contacto con un médico y no acudirán a un hospital a menos que la salud de algún miembro de la familia se vuelva crítica. Esta medida es fundamental para evitar que los centros de salud colapsen.
La fiebre del bebé llegó a los 39 grados centígrados.
Hasta hace muy pocos días, la familia Mitchell no comprendía la gravedad del coronavirus. Ahora que han visto todo lo que ha causado en su bebé se encuentran decididos a ayudar y a alertar a todos sobre la necesidad de tomar medidas de prevención. Cualquier familia podría pasar por lo mismo que ellos.
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