Rebecca Leigh, de 40 años, de Gambrills, Maryland, sufrió un derrame cerebral mientras hacía una postura de yoga, durante ese día notó que tenía síntomas de sufrir tal afección, pero les restó importancia.
Su pasión es practicar yoga, se dedica a publicar vídeos con tutoriales sobre esta disciplina para sus 26.000 seguidores.
Nunca pensó que una postura que estaba acostumbrada a realizar le causaría problemas tan graves a su salud, actualmente padece dolores de cabeza intensos, dificultades para hablar y pérdida de memoria.
El día que sufrió el derrame cerebral estaba grabando uno de los vídeos que publicaría en su canal de YouTube, su visión se volvió borrosa, sentía debilidad en sus extremidades y le dolía mucho la cabeza.
Inicialmente pensó que se había deslizado un disco en su cuello, tenía síntomas similares a cuando le ocurrió hace dos décadas, fue diagnosticada con hernias cervicales.
Pero lo que realmente le había ocurrido era que se había desgarrado la arteria carótida, un importante vaso sanguíneo en su cuello. La disección de esta arteria (CAD) se produce cuando la sangrese filtra en un desgarro en la pared del vaso sanguíneo. La acumulación de sangre separa las capas de la pared arterial evitando que llegue el oxígeno al cerebro.
Transcurrieron dos días cuando se dirigió al médico al ver que sus síntomas empeoraban, el doctor comprobó que había sufrido un derrame cerebral y tenía el riesgo de sufrir otro.
Afortunadamente fue atendida justo a tiempo para prevenir daños mayores, se ha recuperado favorablemente a pesar de las dificultades tras permanecer seis semanas ingresada en el hospital.
Rebecca no puede hablar durante mucho tiempo, lucha contra la pérdida de memoria y los dolores de cabeza. Continúa practicando yoga una hora diaria.
Relata que mientras se recuperaba no podía ni siquiera levantarse de la cama, “después de décadas concentrándome en hacer ejercicio y tener una dieta y hábitos saludables tuvo un derrame cerebral haciendo yoga”, contó.
A través de su testimonio quiere alertar a otros sobre el riesgo de sufrir este incidente que puede ocurrir mientras se practican otros deportes.
En el caso de Rebecca estaba practicando una parada de manos con espalda seca cuando se produjo el derrame cerebral.
“Esta postura requiere que extiendas tu cuello, dejes caer las caderas hacia atrás y arquees la columna vertebral inferior todo el tiempo mientras estás parada de cabeza. Sentí que realmente lo había logrado, pero mientras caminaba dentro de mi casa mi visión periférica se apagó y el resto de mi visión se volvió borrosa”, relató.
“Me senté e intenté peinar mi cabello con una coleta, pero mi brazo izquierdo se dobló sin ningún control”, continuó.
Poco después notó que sus pupilas tenían tamaños distintos, y supo que algo malo le ocurría, se dirigió con su esposo Kevin al hospital más cercano al que ingresó por urgencias.
Estuvo los primeros cinco días en la unidad de cuidados intensivos neurológicos mientras los médicos intentaban buscar la causa del derrame cerebral. Rebecca era una persona que no tenía malos hábitos.
Finalmente, lograron comprobar que el derrame se produjo por el desgarro de la arteria carótida.
El daño que sufrieron sus nervios le causó una sensibilidad extrema a la luz, padece dolores de cabeza y en sus ojos. Escuchó durante semanas un sonido extraño causado por la arteria intentando transportar la sangre a su cerebro.
Poco a poco empezó a caminar lentamente, y lucha por recuperarse por completo.
“Es muy difícil recuperarse de algo tan aterrador e inesperado. Crees que estás haciendo todo bien y después que te ocurre algo como esto es difícil creer que no volverá a ocurrir”, dijo Rebecca.
“Quiero compartir mi historia para evitar que le suceda a otra persona, el yoga puede ser peligroso. Lo que me pasaba no era por un dolor en mi cuello, ni mis hernias, ni mis nervios, era causado por mi cebero jadeando por su vida”, dijo Rebecca.
Comparte el testimonio de esta joven, puede ayudar a salvar otras vidas. Los síntomas de un derrame cerebral deben ser reconocidos a tiempo.