Jo Robinson tiene 38 años, es madre de tres hijos, vive en Ballyclare el condado de Antrim, Irlanda del Norte. Fue a una presentación en Chicago, Estados Unidos para una competencia de baile.
Estaba realizando una presentación improvisada cuando algo desastroso ocurrió y le cambió su vida para siempre. Iba a mostrar un truco a sus amigos: escupir fuego.
Se trataba de un acto muy breve y simple, donde trataría de sacar fuego por la boca, el problema fue que tomó aceite en lugar de parafina. sufrió quemaduras graves en su cara, pecho, manos, pulmones, garganta nariz e incluso en los ojos.
Todo su cuerpo se incendió en una fracción de segundos. «No sé si era consciente de que estaba en llamas»
«Me sentí muy caliente y me tiré al suelo para ponerme fuera del alcance del fuego. Yo me sentía tranquila, pero las personas a mi alrededor estaban gritando«.
«Solo estuve encendida durante tres o cuatro segundos, pero cada segundo en un incendio cuenta, y lo peor es que la piel sigue quemándose después, a pesar de haber apagado el fuego. Por eso es tan importante usar agua fría»
Después de este terrible incidente, los médicos tuvieron que monitorearla todo el día, temían que pudiera dejar de respirar en cualquier momento debido a la gravedad de las heridas.
Jo Robinson también corría el grave riesgo de sufrir un ataque cardíaco, su cuerpo estaba luchando con todas sus fuerzas para recuperarse de las quemaduras pero temían que algo saliera mal.
Robinson es dueña de un estudio de baile llamado «Polelicious» en Ballyclare, ahora ha informado que solo le ocurrió un terrible accidente, pero espera que muy pronto se recupere en su totalidad de las quemaduras.
Pero no es de lo único que tiene que recuperarse, se enfrenta a una cuenta médica que asciende a más de 18.500 euros ya que su seguro médico solo cubría el viaje, pero el espectáculo de respiración de fuego no estaba incluido.
No era la primera vez que realizaba este truco, en realidad, la señora Robinson es conocida por su gran talento, ha llegado a incluir en sus presentaciones otros números que incluyen fuego. Nunca antes había tenido ningún problema con esto.
«Estaba con unos amigos, acabábamos de terminar la competencia y las chicas me dijeron que les encantaría aprender a realizar el truco».
«Suelo ser muy cautelosa, se trata de un acto de gran dificultad, en esos momentos les dije que todo dependía del clima, pies no se puede disparar el líquido para el fuego cuando hay demasiada humedad, lluvia o viento»
«Primero solo les enseñé a escupir agua, pensé que con eso sería suficiente. En esos momentos tuve una terrible sensación de que no debía continuar con el tuco de escupir fuego«.
«Puse el aceite en mi boca y me di cuenta de que ni siquiera podía sentirlo. La parafina se siente muy espesa y te das cuenta de inmediato que está en tu boca. Pensé que no debía hacerlo pero seguí adelante«.
La parafina se enciende lejos del rostro, pero en esta ocasión el aceite se encendió de inmediato y cubrió la mitad superior de su cuerpo.
Robinson se sumergió en la piscina mientras sus amigas le quitaban la ropa y la lavaban. Todos insistieron en que requería tratamiento en el hospital, cuando llegó frente a los médicos su mayor preocupación fue la gravedad de las quemaduras en sus pulmones y su garganta.
Pero lo peor vino después, cuando Robinson tuvo que quitar la piel quemada y así minimizar las cicatrices. «Ese fue el dolor más horrendo. Tengo un umbral de dolor muy alto pero nunca he sentido algo como eso»
«Me encanta mi trabajo y no me gusta quedarme sentada sin hacer nada. Cuando reciba las facturas médicas hablaré con los médicos y tendré que trabajar para pagarlo todo. No puedes poner un precio a tu vida pero tampoco puedes cambiar lo que pasó».
Es un caso muy complicado, de la nada las cosas se pueden salir de control y en pocos instantes tu vida cambia por completo, ojalá Robinson se recupere pronto y pueda continuar con su trabajo que tanto le apasiona.
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