Aunque la vida te enfrente a situaciones realmente difíciles o inesperadas, lo importante es siempre seguir adelante y no dejarse robar la alegría y placer de todas las metas alcanzadas, así como lo ha hecho un joven de Nashville en Tennessee, Estados Unidos.
Dontrail Spencer se graduó del Pearl-Cohn High School en un inédito acto de manejo. Debido al confinamiento no hubo una celebración típica pero los directivos de la institución decidieron que ese gran día no podía pasar debajo de la mesa para los chicos, así que celebraron una graduación nunca antes vista.
Cada graduando pasaba a retirar su título por el frente de la casa de estudio sin tener que bajarse de su vehículo. Aunque para algunas personas esto podría sonar algo bastante simple, para Dontrail Spencer lo significó todo.
El joven estaba eufórico al momento de recibir su título.
Vistiendo su toga y birrete, mientras las lágrimas corrían por su rostro, Spencer tomó su diploma y lo alzó sin dejar de darles las gracias a sus maestros por toda la paciencia y dedicación invertida esos años en él.
«¡Dean Jordan, me gradué! Siempre la veré, señorita Smith. También la amo», gritó Spencer, desde su automóvil.
Para este joven graduarse es algo excepcional y quizás signifique mucho más de lo que podría significar para cualquier otro adolescente.
Spencer formó parte de Gideon’s Army, una organización que lucha por mantener a los jóvenes fuera de las calles y lograr la inserción escolar de aquellos chicos a los que otros consideran como “problemáticos”.
La graduación de Spencer se volvió viral después de que Rasheedat Fetuga, presidente Gideon’s Army, compartiera el vídeo en sus redes. Para este hombre es todo un orgullo ver a uno de sus jóvenes cumpliendo sus metas, aunque Spencer pudo haber desperdiciado su vida en el mal camino logró rectificar su ruta en último momento.
«Cuando nuestros hijos se gradúan, significa mucho. Han luchado a través de un sistema contra ellos. Y ganaron», se lee en la leyenda del vídeo de Fetuga.
Spencer valora todo lo que sus maestros y miembros de la organización hicieron pues ahora es más que otro niño de la calle. Su madre Tamika Hawkins estaba en el asiento trasero del vehículo, sollozando mientras su chico obtenía el título por el cual tanto se esmeró.
«Fue un día emotivo para mí, verme graduarme… Nunca pensé que me vería con una toga y birrete con un gran diploma en la mano. Fue emotivo. No sabía qué decir. Me quedé sin palabras. Todo lo que pude hacer fue derramar lágrimas de alegría, eso fue todo lo que hice», dijo Spencer.