A primera vista, Robin Hills no parece una abuela convencional. Mide 1.79 metros y pesa 88 kilos. Si te preguntas cómo ha logrado un aspecto tan sorprendente, la respuesta es sencilla: Ha sido físicoculturista desde que era muy joven y a pesar del paso de los años no está dispuesta a abandonar lo que ella considera su verdadera pasión.
“He aprendido que hay que tener mucha paciencia para cumplir las metas. Hay que ser persistente y creer en nosotros mismos”.
Cuando era una adolescente, Robin participó en múltiples deportes como béisbol, baloncesto e incluso voleibol. Algo dentro de sí le decía que era una atleta pero no lograba sentirse realmente a gusto.
En 1989 se unió por primera vez a un gimnasio y desde entonces su vida cambió para siempre.
“Era muy callada y tímida. Tenía muchas inseguridades”.
Conoció el mundo del culturismo y decidió participar en un concurso. Trabajó arduamente durante un par de años y se ganó el segundo lugar en una competencia de 1993. Desde entonces, esto se ha vuelto una parte fundamental de su vida.
Se las ingenió para mantener su difícil horario de entrenamiento incluso a lo largo de dos embarazos.
“Cuando mis hijas estaban pequeñas sólo podía ir al gimnasio mientras ellas iban a la escuela. Preparaba mis comidas antes de que despertaran”.
Actualmente, Robin tiene dos hijas y cinco nietos. Ahora cuenta con muchísimo tiempo libre porque cada una de sus hijas ha formado su propia familia.
Ha retomado con mucha más intensidad su vieja pasión. Nunca ha contado las calorías que come pero sí ejercita arduamente seis días a la semana y se asegura de comer cinco veces al día.
“A pesar de tener hijos siempre puedes trabajar en tu cuerpo. Depende de tu perfil hormonal, tu metabolismo y tu estilo de vida”.
Su aspecto puede resultar algo extraño ya que nadie espera conocer a una abuela con bíceps de 43 centímetros. Sin embargo, Robin se encuentra sumamente feliz del estilo de vida que ha llevado durante tantos años y lo mejor de todo es que siempre ha contado con el apoyo de su amorosa familia.
A pesar de que ha dado mucho de qué hablar, prefiere dar a conocer su historia para inspirar a mujeres de todo el mundo a seguir sus sueños sin pensar en lo que dirán los demás.
“Quiero ser una inspiración para las madres y abuelas. Todos debemos hacer aquello que nos hace felices”.
Ahora, todos consideran a Robin como la abuela más musculosa del mundo entero. Su historia está llena de muchísimo trabajo y dedicación. No ha sido un camino fácil y ha recibido miles de comentarios negativos por su aspecto tan particular. Sin embargo, ella está dispuesta a seguir luchando por su sueño.
¿Habías visto a alguna abuela como Robin? Cuéntanos tu opinión y no dudes en compartir la historia que ha dejado a tantos boquiabiertos.