El cuidado al que se someten las mujeres durante el embarazo es verdaderamente importante, tanto para su salud como para la del bebé.
El pequeño siempre será prioridad para la madre en cualquier condición. Es como si madre e hijo estuviesen conectados por la intuición. Sobre esto trata la historia a continuación.
Cheyenne Potts, la madre que protagoniza esta historia, estaba embarazada mientras recibió una dura noticia: el niño en gestación venía con algunas condiciones especiales, en este caso específico, un mal con el nombre de osteogénesis imperfecta.
Aunque suene algo extraño, todos sabemos de qué se trata esta enfermedad: es el síndrome de los huesos de cristal. Así como suena. El pequeño venía con esa enfermedad del famoso personaje de Samuel L. Jackson en la película «El protegido».
Así lo describían los médicos: estaba roto, quebrado, por lo tanto, lo mejor era no traerlo a este mundo.
Cheyenne, en vez de amilanarse, recibió todo el apoyo por parte de su marido Michael y otros familiares, incluyendo su madre. Atendiendo al llamado del corazón, decidieron llevarle la contraria a los pronósticos médicos.
Así fue como resolvieron tener al bebé, no sin antes pasar por la dura decisión. Fue realmente difícil, ya estaban, incluso, organizando el funeral. Pero todo dio un vuelco completamente distinto al esperado.
Así fue como poco tiempo después, Cheyenne dio vida al pequeño Leo, un hermoso y simpático bebé, que nació superando todos los pronósticos médicos.
Según ellos, no duraría ni una semana. La gran sorpresa: Leo nació pesando 2 kilos y medio y aún en medio de dificultades logró estar 38 días después de nacido con su familia.
La familia Potts todavía se encontraba influida por el decreto de los médicos, por lo que estaban muy preocupados aún con el pequeño en casa.
Llegó la Navidad y decidieron celebrarla en honor al pequeño, pensando en que podría ser su primera y única navidad. Pero nuevamente Leo les mostró a todos que estaban equivocados, ¿por qué?
¡Porque tiene muchas ganas de vivir!, a estas alturas ya leo tiene nueve meses y sigue dando la lucha para permanecer con vida.
Los comentarios de sus familiares, amigos, médicos y sobre todo las redes sociales, han desencadenado simpatías por este pequeñín tan valiente, quien aún ante los peores escenarios ha sabido sortearlos para ganarse su lugar en el mundo.
“Qué pequeño tan valiente. Toda mi admiración para él”, mencionó conmovida una internauta.
Ojalá que los padres de Leo, tanto como el resto de personas que le rodean, puedan ayudarle y apoyarle lo necesario para que tenga la vida digna que todos nos merecemos.
Comparte esta historia de coraje y valentía entre tus familiares y amigos, Leo te lo agradecerá.