A todos nos gusta la ropa nueva, tanto que no podemos esperar para usarla. Pero, ¿alguna vez te has asegurado de lavar tu ropa nueva antes de ponértela? ¿Sabes qué clase de cosas están en nuestra ropa? Si tu respuesta es no, con esta información haremos que cambies de opinión.
Nos gusta pensar que por el simple hecho de ser “nueva”, nuestra ropa está completamente limpia, pero no es así. Nunca podremos estar seguros de las condiciones higiénicas de nuestro vestuario, hasta que nosotros mismo nos aseguremos de ella.
Por esa razón, se han hecho incontables estudios para mostrarle a los compradores lo importante que es el lavado de las nuevas prendas antes de su uso. Tanya Foster, una periodista del programa informativo CBS21, realizó su propia investigación para asegurarse del estado de limpieza de la ropa.
Ella decidió tomar una camisa, un pantalón, un vestido y un par de zapatos, junto a ropa interior completamente empaquetada, todos los productos absolutamente nuevos, recién salidos de la tienda, y los llevó al laboratorio de ciencias de la universidad de Harrisburg, Pennsylvania. Donde realizarían los estudios necesarios.
Pero Tanya, llevó su experimento un poco más lejos, tomó los mismos tipos de prendas en una tienda de segunda mano, para comparar el nivel de limpieza que podría existir en ellas.
Y, al contrario de lo que podríamos llegar a pensar, ¡no existía diferencia entre la ropa nueva y la usada! En ambas se presentaron diferentes tipos de microorganismos. Pequeñas cosas que, de estar en contacto con nuestra piel, traerían grandes problemas médicos consigo.
Los zapatos nuevos, presentaron un alto contenido en bacterias, a diferencia de los usados, que se encontraban completamente limpios. Pero la mayor sorpresa fue la ropa interior, en ella se encontraban la mayor cantidad de bacterias de todo el estudio. Desagradable, ¿no?
Nunca podemos estar seguros de cuántas personas han tocado la ropa que nosotros estamos comprando, o cuántas se la han probado. Otros estudios han arrojado resultados incluso más asquerosos, como materia fecal y hasta secreciones vaginales. Pero lo más común es encontrar flora bacteriana de secreciones respiratorias.
Las bacterias pueden vivir días, e incluso semanas en la ropa antes de morir. Hongos y parásitos pueden permanecer por mucho más tiempo.
Y si preocuparnos por bacterias no es suficiente, los químicos usados para teñir la ropa son capaces de producir abrasiones en nuestra piel, o casos de alergia; algunos expertos dicen que pueden ser uno de los causantes de cáncer en la piel.
El Dr. Philip Tierno, director de microbiología en la universidad de Nueva York, afirma que:“La mayoría de las personas no son conscientes y piensan que realmente no pueden coger nada de esas prendas porque están secas, están en un estante y son nuevas. No se dan cuenta de que muchos individuos los prueban y entran en contacto con algunas partes de su cuerpo que pueden transmitir patógenos potenciales”.
Por eso, lo mejor es asegurarnos de lavar nuestra ropa nueva, de ser posible con ciclos de agua caliente y desinfectarlas, para asegurarnos de eliminar cualquier rastro de contaminación en nuestras prendas de vestir.
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