Practicar deporte es muy importante para el bienestar general, sin embargo, hay algunas personas que se exigen más de lo que su cuerpo puede dar y lejos de obtener algún beneficio con un plan de ejercicios obtiene consecuencias que afectan su salud.
Sean Tierney, un hombre de 34 años, de Hull, es un fisicoculturista que estuvo a punto de perder sus intestinos después de que una dieta estrictamente rica en proteínas lo llevara a la sala de operaciones.
Los médicos le dijeron que tenía suerte de que no necesitaba una bolsa de colostomía.
Los médicos tuvieron que extraer los intestinos de Sean y acomodarlos tras llegar al hospital con una crisis de dolor abdominal porque se habían torcido por la falta de fibra en su ingesta diaria.
Sean lamentó que la cirugía haya sido justo cuando su cuerpo estaba en la mejor forma que ha tenido en toda su vida. Recientemente había ganado el cuarto lugar en su primera competencia.
Sean es un fanático del gimnasio que durante casi 11 años ha asistido regularmente para cumplir con una exigente rutina de ejercicio que se complementaba con una estricta dieta proteica.
Los otros miembros del gimnasio fueron la inspiración de Sean para comenzar a entrenar para las competencias en el 2017.
“Solía ir solo un par de veces a la semana y veía personas que eran más grandes y más fuertes que yo y quería lucir así”.
Justo antes de la competencia, Sean comenzó a sentir un extraño malestar en el estómago y su médico le indicó que aumentara su ingesta de fibra y comiera menos proteínas.
Pero las cosas empeoraron poco después de que Sean comenzó a sentir un terrible dolor acompañado de fuertes contracciones en su estómago.
Inmediatamente llamó a una ambulancia, al principio los médicos pensaron que se trataba de una apendicitis. Pero fue solo cuando los doctores lo anestesiaron y comenzaron a operar que descubrieron que tenía el intestino retorcido.
«Tuvieron que sacar todos los intestinos, arreglar el desorden y volver a coser. Los médicos dijeron que tuve mucha, pero mucha suerte de no necesitar una bolsa de colostomía».
Sean necesitó 43 grapas en su abdomen después de la cirugía.
Sean perdió dos kilos en las dos semanas y media que pasó recuperándose en el hospital. Tenía prohibido hacer algún trabajo pesado, y tampoco podía ir al gimnasio durante los seis meses siguientes a la cirugía.
Después de cumplir el tratamiento del doctor retornó a las competencias, pero no le fue tan bien como esperaba. Había perdido mucha masa muscular y prácticamente tuvo que empezar de cero y volver a poner a tono su cuerpo.
Mientras estuvo hospitalizado y sin perder el enfoque de lo que siempre ha querido escribió algunos planes para su entrenamiento y su nueva dieta para cuando volviera al gimnasio. El mejor fisicoculturista del Reino Unido le dio valiosas recomendaciones, y le habló sobre la preparación de comidas en línea.
«No estaba donde quería estar, pero tenía que hacerlo por mí”.
Los médicos pensaron que no podría competir nuevamente, pero Sean nunca lo aceptó.
“Fui terco y quería volver al escenario porque me sentía muy mal sin hacerlo”.
Sean espera competir en Castleford, West Yorkshire y terminar entre los tres primeros lugares y seguir avanzando para participar en los eventos más grandes y de mayor exigencia.
Comparte la historia de Sean, que se ha convertido en inspiración para algunos y al mismo tiempo en advertencia del riesgo de someter al organismo a dietas tan estrictas.