Mucho hemos escuchado decir que querer es poder, pero si no hay una acción que vaya en coherencia con el deseo difícilmente se logren las cosas.
Y esto parece que lo ha entendido muy bien Cícero Rodrigues Ferreira, un barrendero de la cuidad de Crato, en el sur de Ceará, que terminó un doctorado tras estudiar con libros sacados de la basura.
Este hombre no solo se conformó con su doctorado, sino que también aprendió inglés y griego de forma autodidacta.
Cícero recogió los libros que eran arrojados a la basura en bolsas de plástico y en cajas de cartón para estudiar.
A finales del año pasado, este hombre obtuvo el mejor de los resultados por todo su esfuerzo y dedicación tras recibir por correo su doctorado en teología.
Se dice fácil, pero no lo es. Cícero tiene 39 años, de los cuales 21 años se ha dedicado a la limpieza pública y hace 4 años incluyó el estudio como parte de su rutina.
Este hombre reveló que se siente realizado y está muy feliz de que su historia sirva de inspiración a otros.
En su trabajo de limpieza pública fue promovido hace 6 años, dejó de barrer y recolectar basura en las calles para ocuparse de la parte administrativa.
Le asignaron algunas labores como la emisión de cartas y memorandos, registro de horas extras. Todo lo hacía para poder sacar adelante sus estudios.
Cícero es el mayor de 4 hermanos, vivió una infancia pobre y creció en una casa con una sola habitación, en el barrio de Alto da Penha, en Crato, Brasil. Sus padres no fueron a la escuela, pero siempre alentaron a sus hijos a que estudiaran.
Con la influencia de la música del jamaicano Bob Marley, Cícero aprendió inglés y comenzó a enseñar educación secundaria básica en inglés en su adolescencia.
“Al ser su gran admirador, aprendí el idioma con sus canciones”, recuerda Cícero.
En 2015, el joven evangélico volvió a estudiar teología en el seminario de Crato y después de 3 años obtuvo su licenciatura.
“Siempre me gustó la teología sistemática, que organiza los pensamientos”, explica Cícero.
Gracias a la educación a distancia, comenzó su maestría en teología. Cumplió con las 18 disciplinas y finalmente obtuvo su diploma.
“Todo esto nació de la necesidad. El Nuevo Testamento fue escrito en griego y como también soy maestro tuve que entender los escritos originales”, dijo Cícero, quien también entiende hebreo.
Cuando la gente le pregunta sobre sus inicios como empleado de limpieza afirma que todavía se siente como barrendero.
“Todavía me considero un barrendero y con gran orgullo. Mi récord es como un barrendero”, dijo Cícero.
Cícero ahora es doctor en teología, con énfasis en psicología pastoral, y capaz de enseñar 16 materias. Vale la pena compartir su inspiradora historia.