Tony Ray tenía 38 años de edad cuando una inesperada enfermedad cambió su vida para siempre. Esposo de Nic y padre de una pequeña llamada Grace, se encontraban esperando la llegada de su segundo hijo.
Todo parecía ir con normalidad cuando lo que debía ser una simple consulta con el dentista le causó una grave infección que hizo que perdiera sus cuatro extremidades.
“Fui al dentista y recibí una pequeña cortada con una de esas herramientas que utilizan para hacer la limpieza. Todo coincidió con un brote de gripe”.
En tan sólo horas, Tony comenzó a mostrar los síntomas de lo que se convertiría en una fatal sepsis, pero los médicos no le dieron ningún tratamiento ya que se encontraban esperando el resultado de los análisis de sangre.
“Cuando llegaron los resultados ya era demasiado tarde. La sepsis puede acabar con tu vida en tan sólo horas”.
Tony ingresó en estado de coma durante tres meses y cuando despertó ya no tenía ninguna de sus extremidades. La infección estaba tan avanzada que tuvieron que amputarle brazos y piernas en un desesperado intento de salvarle la vida.
Parte de su rostro también fue removido y no lograba recordar absolutamente nada de lo que había sucedido. No pudo reconocer a su esposa.
“Cuando desperté había una hermosa mujer junto a mí con un bebé recién nacido. Me dijo que era mi esposa. Yo no podía recordar nada de mi pasado”.
Su hija mayor, Grace, era muy pequeña cuando todo sucedió y no podía comprender el drástico cambio que enfrentaba su papá. Una vez que lo vio se negaba a creer que era su padre. Pensaba que se trataba de otra persona y esto afectó enormemente la salud emocional de Tony.
“Dijo que yo no era su padre. Fue horrible. Traté de darle regalos. No sabía cómo hacer que me quisiera”.
La familia tuvo que vender la pequeña empresa a la que se habían dedicado durante años así como también su propia vivienda para poder cubrir los gastos de las operaciones y las prótesis de Ray.
Nic renunció a su trabajo para poder dedicarse a tiempo completo al cuidado de su esposo y de sus hijos.
La historia de Tony inspiró una película llamada Starfish en 2016.
No fue un camino nada fácil. Desde 1999 Tony se ha dedicado a aceptar su nuevo cuerpo y a luchar cada día junto a su familia. El uso de la prótesis no ha sido nada sencillo pero ha dado lo mejor de sí para poder abrazar a sus hijos.
Ahora, comparten su historia por todo el mundo para crear conciencia sobre los síntomas de la sepsis y la importancia de detectarla a tiempo.
“Las terribles consecuencias de sufrir sepsis continuarán a menos que se haga un compromiso enorme y se eduque más al personal de los hospitales para que sepan cómo diagnosticarla y tratarla lo más rápido posible”.
No hay duda de que esta hermosa familia es un verdadero ejemplo de lucha y perseverancia. Han logrado reponerse de esta terrible situación y ahora se dedican a luchar para que nadie más tenga que pasar por lo mismo.
Afortunadamente Tony logró salir adelante a pesar de las duras adversidades que enfrentó, todo gracias al amor de su familia. Vale la pena compartir su historia de superación.