La bendición de traer un hijo al mundo es un sentimiento hermoso y esclarecedor, el cual muchas mujeres alrededor del mundo lo clasifican como el mejor momento de sus vidas. Pero lamentablemente, no todas pueden llevar a cabo este milagro.
Esto fue lo que le sucedió a Daljinder Kaur, una mujer india de edad desconocida, que durante 46 años de matrimonio había intentado quedar en estado, pero sin tener resultados favorables. Esta pareja se sentía desanimada con ese aspecto de su vida, sobre todo en un país donde la infertilidad es vista como castigo de los dioses.
Pero esta mujer y su esposo Mohinder Singh Gill, un granjero de 79 años, nunca se dieron por vencidos. Y como en sus años de matrimonio nunca usaron ayuda médica, decidieron que era el momento de la intervención de la mano humana.
Esta posibilidad nunca estuvo en su carta de opciones debido al alto costo de estos tratamientos, pero gracias a unas tierras que llegaron a sus manos, sus posibilidades aumentaron y no perdieron el tiempo en acercarse al centro de fertilidad nacional en Haryana State, India, el cual ya tenía un buen historial en cuanto a embarazos en mujeres de edad avanzada.
Anurag Bishnoi, embriólogo y encargado del tratamiento de Kaur, se aseguró de que la salud de la futura madre estuviera en perfecto estado antes de empezar la fertilización in vitro, y tras tres rondas de este tratamiento con un intervalo de 6 meses, llegaron las buenas nuevas.
Lo criaremos y le daremos una adecuada educación. Tuve fe en Almighty de que tendría mi propio bebé, y Waheguru respondió mis oraciones”, dijo Kaur.
Bishnoi, estaba muy preocupado por el hecho que Kaur tenía un semblante frágil, pero con la ayuda de óvulos donados y mucha perseverancia, todo sucedió a su favor. Bishnoi considera que la edad de la nueva madre oscila alrededor de los 72 años, ya que ella no posee acta de nacimiento, algo no muy extraño en la india.
Pero la mujer afirma ser aproximadamente 5 años menor que su esposo.
“Todo el mundo me decía que adoptara un bebé, pero nunca quise. Y ahora tengo mi propio hijo”, dijo Kaur luego de tener a su hijo en sus brazos. El pequeño bebé, llamado Arman, nació con un bajo peso, solo 2 kilos, pero sus padres lo describen como “saludable y voraz”.
Dios ha oído nuestras oraciones. Mi vida está completa ahora… Me encargaré del bebé por mí misma. Me siento llena de energía, mi esposo también es muy bondadoso y me ayuda en todo lo que puede”, anunció la entusiasmada madre.
Gill, el nuevo padre dijo: “Las personas preguntan, que sucederá con el niño una vez que nosotros muramos. Pero tengo mi fe puesta en Dios. Él es omnipotente y omnipresente, él se hará cargo de todo”.
Nunca es tarde para alcanzar nuestras metas y sueños, y esta pareja lo demuestras muy claramente. Comparte con todos su historia de perseverancia.