La maestra de matemáticas Yekaterina Kukina compartió recientemente con el mundo un pequeño secreto para que los niños aprendan más fácilmente las tablas de multiplicar ¡Es un pequeño truco que hará más fácil la vida de estudiantes y profesores!
Yekaterina es maestra de matemáticas y madre. Cuando sus pequeños estaban en segundo grado entendió por qué muchos niños tienen dificultades con las matemáticas: las tablas de multiplicar. Ella considera que este pequeño error del sistema de enseñanza forma un irreparable agujero de conocimientos que los niños arrastran el resto de su formación escolar e incluso profesional, el mejor ejemplo son estas familiares tablas:
En niveles escolares superiores para poder entrar en la universidad, este tipo de tablas se repiten con fórmulas de ecuaciones difíciles de memorizar y sin aparente sentido. Es increíble la cantidad de tiempo y esfuerzo que todos hemos pasado memorizando las tablas, el problema es que estas NO SON TABLAS DE MULTIPLICAR.
Te presentamos la auténtica tabla de multiplicar, su otro nombre es «la tabla de Pitágoras» y hace que aprender a multiplicar cobre sentido, sea más sencillo y rápido.
Esta tabla no tiene información innecesaria, ayuda a los pequeños a pensar de forma lógica y es dinámica. Esta tabla ayuda a APRENDER, no a memorizar, son cosas completamente diferentes. Los niños tienen una mente hábil y curiosa, si tienen esta tabla a su alcance aprenderán a multiplicar tarde o temprano: si te fijas, los números en ella se repiten con una simetría perfecta y al cerebro humano le encanta hallar simetrías y patrones.
Simplemente es una tabla y puede ser muy entretenida ¡Además no hay manera de equivocarse! Si buscas primero el número a multiplicar desde arriba o por un lado, el resultado seguirá siendo correcto. Esto es especialmente agradable porque los niños temen equivocarse. Usando el sistema convencional es mucho más fácil equivocarse y los niños se sienten desanimados o incluso tristes ¡el fracaso es una sensasión abrumadora incluso para los más pequeños!
Si llevan una pequeña versión de la tabla protegida por un plástico, los pequeños aprenderán las tablas casi sin querer. Podrías perguntarle «¿Cuánto es ocho por ocho?» y, aún si respondiera al azar, diciendo «55», pronto se daría cuenta de que ese número ni siquiera se encuentra en la tabla.
Puede ser que esta tabla se vea «demasiado» sencilla, y lo es, pero sus resultados son de gran utilidad para los más pequeños. Hay que perderle el miedo a las matemáticas, ¡no muerden!
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