La muerte de la reina Isabel II sorprendió al mundo entero esta semana, pues se trata de uno de los personajes más influyentes de los últimos dos siglos. Sin embargo, una doctora reveló aspectos de la última fotografía de la monarca que delatarían lo cerca que estaba su muerte.
La reina Isabel II ha sido la soberana más longeva en Gran Bretaña.
«Estaba poniendo cara de valiente», aseguró Deb Cohen-Jones, una profesional de la salud que vive en Perth, Australia Occidental.
Solo dos días antes, la reina tuvo una aparición pública en el Castillo de Balmoral en Escocia.
Desde la celebración de su último jubileo a principio del mes de agosto, las cámaras no habían capturado a Isabel II pero una fotografía podría revelar las causas.
Jane Barlow es la fotógrafa responsable de la última imagen de la reina. La profesional viajó a Escocia para registrar el encuentro entre su Majestad y la nueva primera ministra del Reino Unido, Liz Truss.
Pero en esa foto espontánea en la que se ve a la reina sonriente y cómoda a sus 96 años, parece haber escondido el reflejo de su enfermedad y el primer anuncio de su muerte.
Para Cohen-Jones, las manos de la monarca delataron un grave problema vascular. Quizás algo que la reina venía padeciendo desde hacía mucho tiempo, pero que supo ocultar muy bien la familia real ¿Cómo? Los guantes característicos de Isabel II serían sus aliados.
Las manos moreteadas de la reina con un singular tono púrpura serían el reflejo de su deteriorada salud.
“Parecen concretas las evidencias de una enfermedad vascular periférica. Es un trastorno de la circulación sanguínea que hace que los vasos sanguíneos fuera del corazón y el cerebro se estrechen, bloqueen o tengan espasmos. A veces puede resultar en insuficiencia cardíaca”, dijo a FEMAIL.
Según señaló la doctora, el deterioro de la circulación periférica de la reina ocasionaría un mal suministro de sangre hacia sus órganos. Como consecuencia, la monarca pudo haber muerto de una falla multiorgánica.
«La apariencia ligeramente encorvada habría sido por su edad y más que probable por su osteoporosis», dijo la Dra. Deb.
Esta enfermedad crónica habría mantenido a la reina con mucho dolor durante los últimos meses, pero Isabel supo cómo poner siempre su mejor cara.
La fotografía de despedida
En cuanto a la última foto capturada de la reina, la propia autora relató cómo se dio el momento de registrar la imagen que está dándole la vuelta al mundo.
“Ella solo miró hacia arriba y sonrió. Parecía muy feliz”, señaló.
Para Janes fue un instante encantador y natural, a la reina se le ve sonriente y complacida de recibir a la mandataria. Pero en ese primer momento todos parecen haber dejado de lado sus manos morateadas que ya adelantaban lo próximo que estaba su fallecimiento.
En esa última fotografía, la reina Isabel dejó un recuerdo apacible y encantador. Lejos del halo enigmático que rodeaba su figura -para muchos resultaba imposible descifrar lo que pensaba-; en la foto tomada por Janes, la soberana transmitió ternura y felicidad.
Pese a todos los detractores de la monarquía y el reinado de Isabel, el mundo ha perdido a una figura emblemática y hoy son muchos los que lamentan su partida. Mientras, su hijo se prepara para asumir la responsabilidad de un reinado que le llega a una edad bastante avanzada.
Carlos III se corona como rey a la edad de 73 años, algo nunca antes visto y por eso hay quienes ponen en duda sus capacidades para llevar adelante la nación.
Inglaterra está de luto y junto al país un mundo entero guardará la memoria de la reina.