Ser madre es una hermosa experiencia que requiere de mucha paciencia y dedicación, el cuidado de un bebé no puede tomarse a la ligera, son seres vulnerables y dependientes que necesitan atención las 24 horas del día.
Lamentablemente, no siempre se puede ser una madre ejemplar cuando se sufre de alguna severa obsesión. Como ocurrió con una madre de Australia que dejó a su indefenso bebé de solo 14 meses de edad en su automóvil, bajo el intenso calor, para poder perderse en la adrenalina de los juegos de azar.
El nombre de la inconsciente madre es Kaija Millar, de 32 años. Y todo sucedió en el suroeste de Melbourne, en el estacionamiento del Hotel Brook, en Point Cook.
Easton, el bebé, permaneció dejado a su suerte en el automóvil durante más de dos largas horas, y la temperatura fue tan intensa que alcanzó los 33 grados centígrados, cifra que aumenta drásticamente al interior de un vehículo cerrado.
La mujer continuaba jugando placenteramente cuando el calor llegó a su punto más alto, a las 3 de la tarde, y al hotel arribaron servicios de emergencia después de haber sido alertados de la situación.
Debido a semejante descuido, el bebé no respondía, por lo que tuvo que ser trasladado de emergencia a un hospital en donde su condición sigue siendo crítica, y todo su sufrimiento fue causado por la persona que se supone que debería protegerlo.
La madre fue acusada de negligencia, de causar lesiones graves en el pequeño y de tener una conducta imprudente al poner en riesgo la vida de su bebé. No obstante, poco después fue puesta en libertad bajo fianza por el Tribunal de Magistrados de Melbourne.
“Realmente no entiendo la forma de pensar de la gente. Los niños merecen una crianza hermosa, amorosa y positiva. ¿Qué esperanza pueden tener algunos niños? Me rompe el corazón, hay mucha gente buena luchando por tener hijos… esto me hace enojar demasiado”, comentó un internauta.
A Kaija se le ha prohibido volver a su vivienda familiar en Gladstone Park, mientras el bebé sigue debatiéndose entre la vida y la muerte.
Fuentes cercanas a la familia afirman que la mujer ocultó su problema de adicción al juego a su esposo y amigos, y que conducía más de 35 km desde su hogar en el noroeste de Melbourne hasta Point Cook para jugar hasta tres veces por semana.
El devastado padre de Easton no puede creer que esto esté sucediendo y ha permanecido junto a la cama de su hijo en el hospital, con el corazón destrozado.