Todo el que haya vivido la experiencia de cuidar a un bebé sabe muy bien que pocas cosas en el mundo resultan tan difíciles como seguirles el paso. ¡Y es que es casi imposible entender cómo esos cuerpos tan pequeñitos pueden albergar tanta energía! Son curiosos, ágiles, y, sobre todo, rápidos: basta un un parpadeo para perderlos de vista.
Esto es algo de lo que puede dar fe una abuela de Minnesota, Estados Unidos, que cuidaba devotamente a sus nietos mientras jugaban afuera de su casa cuando, repentinamente, el más pequeño de todos aprovechó un segundo de descuido para internarse en un campo de maíz. Por suerte, junto al pequeño estaban sus dos perritas y lo que hicieron por él es realmente digno de admiración.
«Él es un aventurero. Me acompaña en el tractor y vamos juntos a chequear el maíz», comenta el abuelo del bebé. Quizá esto explique cómo fue que el pequeño terminó internado tan adentro en un campo de maíz que a las autoridades les tomó más de 3 horas conseguirlo.
Según su abuela, todo ocurrió muy rápido. El chico se encontraba jugando con sus primos de 7, 11 y 12 años a eso de las 6:15 pm cuando, de un momento a otro, desapareció sin dejar rastro. Pero lo más peculiar de todo es que tampoco estaban las 2 perritas de la familia, Bella Grace, una Springer Spaniel Inglés, y su cachorra de 12 semanas de nacida.
Después de 30 minutos de búsqueda sin ningún resultado, la familia del niño recurrió desesperada a las autoridades locales para solicitar su rescate. Fue así como un grupo de 200 voluntarios, bomberos, rescatistas y un helicóptero se movilizaron para dar con el pequeño en esa noche de otoño.
No obstante, a pesar de estar abandonado en medio de un campo de maíz tan oscuro como frío e impenetrable, el niño siempre estuvo acompañado y, sobre todo, muy protegido. Con él también se habían ido sus dos perritas, quienes velaron por él cada segundo que estuvo fuera de casa.
De hecho, en un momento dado los rescatistas escucharon un ladrido a la distancia que les hizo sospechar que el niño estaba cerca, pero paró antes de que pudieran seguir la pista. No fue sino hasta que el helicóptero captó una señal de calor en el radar que las autoridades pudieron dar con él.
Las imágenes negras y grises del video de la policía muestran a la mayor de las perras caminando alrededor del niño, sentándose solo durante períodos muy cortos de tiempo. Tomó un poco más de tiempo descifrar la otra mancha, mucho más borrosa: se trataba de la cachorra, Madeline, sentada a un lado del pequeño. «La cachorra estuvo junto al niño todo el tiempo, mientras que la madre permanecía en posición de alerta».
Finalmente, a las 9:20 pm el niño fue encontrado, sano y salvo, sin señales de haber llorado siquiera. «Estaba en buenas condiciones, solo con un poco de hambre y de frío», recuerda Vic Weiss, el comisario de la policía, quien asegura que las dos perritas jugaron un papel esencial en el rescate, pues gracias a ellas los oficiales pudieron rastrear al pequeño.
Todo pudo haber salido muy mal para este bebé de no ser por sus perritas, unas heroínas que lo cuidaron y acompañaron durante el tiempo que estuvo perdido. No dejes de compartir esta noticia con todos tus familiares y amigos.