El costo por exceso de equipaje en las aerolíneas tradicionales es hasta tres veces más elevado que en las compañías aéreas de bajo costo, aunque las dimensiones y el peso permitido varían considerablemente de una compañía a otra y unas son más permisivas que otras.
A veces, ante la falta de planificación –o de dinero-, no es la fuerza interior o la voluntad lo que nos hace superar ciertas situaciones de la vida aparentemente desesperadas y encontrar soluciones a esas situaciones. Es en la crisis donde surge la creatividad, los descubrimientos y las grandes estrategias.
Si fuera tu caso: ¿qué tanto estarías dispuesto a hacer para no pagar de más? ¿Cómo resistirte a la “crisis del bolsillo roto”, esa que aparece cuando llegas de vacaciones y te das cuenta de que no dejaste dinero ni para el subterráneo y tienes exceso de equipaje por declarar? Pues bien, ya lo dice el dicho popular: situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas.
Ingenio, creatividad y algo de heroísmo fue lo que mostró Josh Irvine, un ciudadano escocés oriundo de Glasgow quien, para no pagar de más en la tarifa para ingresar su maleta a Escocia, después de un largo viaje de vuelta desde Niza, Francia, decidió abrirla y colocarse la mayor cantidad de ropa encima posible y así no excederse del peso máximo que permite la aerolínea por equipaje.
Fue así como al momento de su llegada al aeropuerto de Edimburgo, varios de los pasajeros presentes en la aduana ese día, captaron en vídeo al sudoroso Irvine, mientras mostraba una a una las 15 prendas que sacó de su equipaje y que vistió durante el largo camino, entre camisas y sudaderas que hacían la diferencia de peso.