Lamuerte de Lara Arreguiz, de apenas 22 años, después de suplicar por horas una cama, acostada en el suelo de un hospital de Argentina, sigue conmocionando al mundo.
La joven de Santa Fe estudiaba Veterinaria, y era una ferviente amante de los animales. Por eso tenía 5 perros y 2 gatitos, que eran su adoración. Además, siempre que podía, ayudaba a cualquier animalito vulnerable en la calle.
Es por eso que era miembro activa y muy comprometida con la Asociación SOS Caballos, quienes difundieron un comunicado en Instagram expresando su dolor y el gran vacío que dejaba su partida.
“Besa y abraza a tu caballito que seguro fue el primero en recibirte”, dice parte del conmovedor texto de despedida.
Las circunstancias tan injustas en las que murió Lara, a causa del sistema de salud colapsado por el que atraviesa Argentina, fueron reveladas por su madre. Ella publicó la polémica imagen de la joven desfallecida en el suelo, que destroza el alma.
Tras no lograr mantenerse en pie, ella recurrió al frío y sucio suelo. Todo después de que, desde el 13 de mayo, hubiera pasado por 3 centros hospitalarios diferentes, y siempre la regresaran a casa por escasez de camas, a pesar de que era insulino dependiente.
Después de que diera positivo a coronavirus y presentara complicaciones con los síntomas, tuvo que ser atendida en casa a través de nebulizaciones y antibióticos. Pasados los días, las placas confirmaron que tenía pulmonía bilateral.
Cuando llegó al Hospital Iturraspe, tras horas de suplicar atención urgente y necesitar oxígeno, y viendo su grave estado, finalmente accedieron a trasladarla al área de pacientes de Covid. Allí quedó incomunicada con la madre.
Solo su padre, Alejandro Arreguiz, que ya había pasado el virus, supo en detalle cómo fueron sus últimas horas y su testimonio es desgarrador. Sin embargo, todo lo que sucedió antes de que fuera atendida, y ya demasiado tarde, lo contó su madre en otra entrevista, no menos estremecedora. Puedes leer los detalles aquí.
La foto que causó conmoción: Lara en el suelo del Hospital Iturraspe pocos días antes de morir.
“Las enfermeras nos decían que nos tranquilicemos, que ella era una chica joven y fuerte. Yo la iba a visitar todos los días. Sólo quince minutos mediante una ventana. Muy duro verla ahí sola, sin poder hacer nada”, explicó el padre.
Fue solo hasta el día 20 de mayo cuando le enviaron un mensaje diciéndole si quería verla, pero él sospechó que algo andaba mal.
“Cuando llegué estaba muy mal, con una máscara de oxígeno. Me miraba y me hacía señas de que estaba ahogada. Cerraba sus ojitos. Yo me quebré, no podía verla así. Vinieron unos enfermeros y me dijeron que ella me tenía que ver bien, que me vaya a casa y que le avisaban novedades a su mamá”, se lamenta el padre recordando esos momentos de dolor.
En cuestión de horas tuvieron que intubarla. “Ahí el mundo se me vino abajo. Nos volvieron a decir que nos quedáramos tranquilos, que era joven, que iba a salir adelante”. Pero al día siguiente, su hija murió.
“Era un ángel, una chica sin maldad. A mí se me murió un hermano, pero mi mamá siempre me decía que no hay dolor como la muerte de un hijo. Y es así, tal cual. Un dolor en el alma que asfixia”, dijo Alejandro, devastado.
El hombre, además, relató que su hija era un poco seca para mostrarle su afecto a él. Pero sabía que lo amaba.
Tras su muerte, cuando por unos trámites tuvo que buscar documentos en la mochila de Lara, quedó desconsolado al encontrar cuatro fotos suyas con él.
«Me mató. No sé por qué las llevó. Quizás se la veía venir o tenía mucho miedo”, dijo entre lágrimas.
Envuelto por el dolor, ahora Alejandro acude a los medios para pedir justicia, pero sobre todo para que la gente reflexione sobre el virus. “Muchos dicen que todo esto es mentira. Pero cuando te toca en carne propia hay que vivirlo y es lo peor que te puede pasar: estar de hospital en hospital con un ser querido y no tener una cama o un médico que te ayude. Esto le puede pasar a cualquiera”, advirtió.
Por su parte, la madre ratificó que si bien Lara no murió en el pasillo, sino en Terapia Intensiva, estuvo un día y medio esperando una cama. Y por supuesto, que su trágico final pudo ser diferente.
No nos queremos imaginar el profundo dolor por el que están atravesando el papá y la mamá de Lara. Y es que ningún padre debería enterrar a un hijo. Nos unimos a las muestras de solidaridad para acompañarlos en tan duros momentos, y alcemos la voz para que esto no quede impune. ¡Comparte esta noticia!