El amor, ese mágico sentimiento que hace florecer el alma poética de cualquiera que vaya a su encuentro, un sentimiento donde las palabras sobran si hay que describirlo porque solo las acciones pueden revelar tan mágico sentimiento.
Solo basta ver el encuentro de dos seres que se aman para ser testigos de las sonrisas y miradas más genuinas. Annette Adkins y Bob Harvey saben muy bien que para amar no existe tiempo ni barreras que impidan consolidar ese sentimiento tan grande que los une.
Annette estudió enfermería en la escuela de Jefferson Hospital en Roanoke.
Fueron novios en la secundaria Gar-Field High School en la década de los 50´. Durante todo el curso de tercer año estuvieron saliendo e incluso asistieron juntos a su baile de graduación, se sentían tan únicos y afortunados por lo que estaban viviendo que solo pensaban que su amor era más grande que cualquier cosa.
Quizá pocos creen que el amor a primera vista sea posible, pero la hermosa historia de Annette y Bob nos recuerda que si el amor es sincero perdurara aunque pasen los años.
Bob trabajó como educador, policía y alguacil.
Estos adorables tortolitos se conocieron gracias al afán de Annette de querer una mejor educación, motivo por el cual decidió mudarse de su ciudad natal para estudiar en Gar-Field, fue ahí donde conoció al gran amor de su vida. Bob comenta al respecto:
Era la chica más hermosa que había visto en mi vida. Me enamoré loca, totalmente y cien por ciento de mi amor. Tuvimos un maravilloso año”.
Desafortunadamente en todas la historias de amor es dolor es inevitable. El verano cuando terminaron de cursar tercer año, Annette viajó a Florida para una vacaciones familiares, conoció a Jon Callahan y se casaron en 1961.
Bob, inocente de todo lo que había cambiado la esperaba con los brazos abiertos pero ella con total dureza le dijo que ya había alguien más.
Desde luego que Bob quedó desconsolado, pero respetó su decisión, el resto del año fue inevitable que no pensara en ella, seguían asistiendo a la misma escuela y se graduaron juntos.
El esposo de Annette falleció en el 2015, Bob perdió a su esposa en el 2017.
Al terminar la preparatoria tomaron caminos separados y no se volvieron a ver sino después de 63 años que se reencontraron, esta vez para siempre.
A pesar que ambos perdieron el contacto no se dejaron de pensar durante todos estos años, Bob decidió buscar a Annette en Google y se encontró con el obituario de su esposo, le envió una carta de condolencia en la que incluyó su número y una semana después recibió un mensaje en su contestador, Bob se emocionó tanto que comenzó a bailar en su sala.
Planean celebrar una pequeña boda temática de los años 50 en el centro de Ohio.
Rápidamente pautaron un encuentro, Bob la recibió con un hermoso ramo de flores, ella sostuvo su rostro con ambas manos y él sin pensarlo la besó.
Se sentían como en 1956, como si los años no hubieran transcurrido. Bien dicen que uno siempre regresa a donde fue feliz y el amor sin duda es la cuna de la felicidad.
No te vayas sin compartir esta emotiva historia que demuestra que para el amor no hay nada imposible.