Cuando el éxito toca la puerta son pocos los que recuerdan su pasado y reconocen todo lo que debieron atravesar antes de llegar hasta allí o incluso las personas que de algún modo fueron parte de su proceso.
Pero esto difiere por completo con Gabriel Guimarães, el dueño de un restaurante vegano que conserva fresca en su memoria toda su historia y ahora está ayudando a muchas personas.
Gabriel creció sin sus padres, la violencia en la que creció se los arrebató.
Desde muy joven fue abusado y perdió a su mejor amigo por una venganza. Para él no se vislumbraba un destino prometedor, de algún modo parecía sentenciado a la tragedia.
Gabriel vivió durante años en la calle hasta que el padre biológico de su hermana menor lo reconoció y lo sacó de la miseria en la que se encontraba. Allí comenzó un largo camino de desintoxicación, pero sacó la fortaleza para cambiar el rumbo de su destino.
Este hombre de 33 años salió adelante con mucho trabajo y tras recibir su liquidación quiso hacer algo productivo con su dinero. Amante de la cocina, Gabriel incursionó en el negocio de la gastronomía y levantó su propio restaurante vegano que funcionaba a través de una aplicación, pero recientemente el asunto cambió por completo.
Después de brindarles un plato de comida a unas personas sin hogar que pasaban por su residencia, Gabriel no pudo detenerse. Con la ayuda de su novia, Marília, y una amiga llamada Rafaela, Guimarães abrió su restaurante físico en plena pandemia pero además tiene una gran particularidad.
Cualquiera necesitado que esté por la zona puede acercarse por un plato de comida caliente. Él conoce de cerca lo que sufren en las calles.
«Querer comer algo bueno y no poder, querer sentirse parte de la sociedad y no poder. Extendí en el vecindario la noticia de que si hay alguien mendigando, pueden enviarlo a mi restaurante para que sea alimentado y tratado bien», expresó Gabriel.
Humus Gourmet es el nombre de este proyecto que está saliendo adelante con mucho sacrificio pero ha motivado a mucha gente. Ahora los clientes de Gabriel son quienes pagan la comida que se les da a los sin hogar ¡Claro que nada es obligado!
Quienes van a Humus conocen el sentido de solidaridad que se maneja en el negocio, así que saben que ir a comer en el lugar es también apoyar a alguien necesitado. Las ventas en línea también han servido para financiar el proyecto llamado PF Fiel, en honor al niño de la calle que ayudó a Gabriel durante años y murió atacado por otro joven.
El pasado de este hombre es más que doloroso pero jamás se rindió, logró salir adelante y demostrar su buena voluntad a través de su trabajo en el restaurante. En su comunidad reconocen su humildad y sus ganas de ayudar a quienes lo necesitan tal como lo hicieron con él. Comparte su valiosa iniciativa.