Hace muchos años, Danny Stewart se encontraba en camino a una cita con su pareja cuando pasó algo que cambió su vida para siempre. Danny estaba saliendo de una estación del metro cuando un bulto llamó su atención.
Lucía como una muñeca y le pareció extraño que un niño dejara sus juguetes así sin más. Continuó con su camino pero por alguna razón se sintió muy preocupado así que decidió volver a dar otro vistazo.
“Decidí voltear una vez más y vi que sus piernas se movían. No tenía ropa y estaba envuelto en una camiseta. Tenía cordón umbilical, así que era un bebé recién nacido”, explicó Danny.
Fue entonces cuando Danny se dio cuenta de que era un bebé. De inmediato, acudió hasta el bebé a toda velocidad y comprobó que se trataba de un pequeño abandonado. Danny sintió un sinfín de emociones y no sabía qué hacer.
“Traté de decirle a las personas lo que estaba sucediendo, pero nadie me prestaba atención. Llamé a la policía y de inmediato volví para estar junto al bebé”, dijo Danny.
De lo único que estaba seguro era que el bebé necesitaba ayuda, pero tuvo miedo de tomarlo en sus brazos en caso de que estuviese herido y necesitara cuidados especiales. Era la época en la que nadie tenía teléfonos móviles, así que Danny buscó un teléfono público y llamó al 911.
Temblando de nervios, Danny llamó a su pareja para explicarle lo sucedido. Peter Mercurio llegó al mismo tiempo que la policía y quedó boquiabierto al ver al adorable bebé.
Los oficiales lo trasladaron a un hospital y les explicaron que el pequeño terminaría en Servicios Sociales Infantiles.
Fue realmente abrumador para ambos, pero Peter comprendió que desde ese momento guardarían una conexión muy especial con aquel bebé.
“De alguna manera siempre estarás conectado a ese bebé. Deberíamos contactar de alguna manera a quienes lo adopten para enviarle todos los años un regalo”, sugirió Peter a su novio.
Un par de semanas después, Danny fue llamado a declarar cómo había encontrado al bebé. La juez le sugirió que se mantuviera allí durante toda la audiencia y finalmente le preguntó si estaría interesado en adoptar al pequeño.
“Realmente no habíamos pensado en adoptar. Cuando sucedió no lo vi como una oportunidad sino como un regalo”, dijo Danny.
Él simplemente quedó boquiabierto. Explicó que lo había considerado pero imaginó que sería un proceso realmente complicado.
No podía imaginar que la juez estaba dispuesta a guiarlo y ayudarlo durante todo el proceso porque veía una hermosa conexión entre ambos.
Cuando la pareja lo visitó en su hogar temporal comprendieron que ellos debían ayudarlo. El bebé recibió el nombre de Kevin y creció feliz en un hogar de muchísimo amor.
Peter y Danny se casaron cuando su hijo adoptivo cumplió los 10 años de edad y la boda fue oficiada Cooper, la misma juez que los acompañó en la adopción.
Ahora, Kevin tiene 20 años y estudia en la universidad. Adora participar en maratones, baila y juega frisbee.
Este joven pasó parte de sus primeras horas de vida en el suelo de una estación de metro. Afortunadamente se encontró a la persona indicada y tuvo los padres amorosos que tanto merecía.