La honestidad es una cualidad que define la calidad del ser humano y consiste en comportarse y expresarse con coherencia y sinceridad, de acuerdo con la verdad y la justicia. Sin embargo, no siempre somos conscientes del grado en que está presente en nuestros actos.
En estos tiempos, cuando comentamos sobre la pérdida de valores en algunos segmentos de la sociedad, es oportuno reflexionar acerca de esa cualidad, que constituye ante todo una actitud hacia nosotros mismos, por eso te traemos la siguiente historia que nos demostrará a todos, una vez más, que no todo está perdido.
Saul Jiménez
Saúl Jiménez es un humilde albañil de 31 años oriundo de la ciudad de General Alvear, en la provincia de Mendoza, Argentina, que mientras realizaba unas reparaciones en un tejado de una vivienda incendiada recientemente, encontró un extraño paquete que de inmediato procedió a abrir.
Cuando el hombre vio el contenido de la bolsa, casi se cae de espaldas al percatarse de que en su interior se encontraban varios fajos de billetes que juntos sumaban unos 250 mil pesos argentinos, o lo que es lo mismo, casi 4 mil 200 dólares estadounidenses.
Sin embargo, el sorprendido hombre, quien difícilmente habría visto en su vida tanto dinero junto, lejos de un mal pensamiento que le llevase a quedarse con él, inmediatamente cerró el paquete y lo devolvió a su dueño, en un noble gesto de honestidad que le valió, en recompensa, hacerse con un trabajo seguro y permanente.
Y es que Saúl, a pesar de vivir en la pobreza, con un trabajo informal e inestable y con cuatro niños que mantener, optó por su dignidad y decidió regresar el dinero a su dueño, quien ya lo había perdido todo en el lamentable siniestro de su vivienda.
“Fue una alegría, pero si el dinero no te pertenece tienes que ver de quién es y devolverlo, y más si es una familia que perdió su hogar”, dijo el albañil con decisión.
Por su parte, Oscar Calvo, dueño de la propiedad presa de las llamas, compartió la acción de Saúl en las redes sociales, y su foto junto al ejemplar jornalero se hizo viral, causando todo tipo de comentarios positivos entre los internautas.
Oscar Calvo
“Mis queridos amigos, quiero que vean a esta persona. Se llama Saúl Jiménez, encontró entre los escombros un dinero y sin dudarlo fue y me lo entregó. Esta ciudad tiene muy buena gente”, celebró el hombre.
El autoengaño hace que perdamos la perspectiva con respecto a la honestidad de los propios hechos, obviando todas aquellas visiones que pudieran alterar nuestra decisión, pero no en el caso de esta historia, ya que la noticia se regó como la pólvora y llegó a oídos del intendente de la ciudad de General Alvear, quién formalizó la entrega de una plaza de trabajo permanente para Jiménez.
Ahora el señor Jiménez tiene un puesto seguro en la Dirección de Obras Públicas del gobierno municipal y está feliz junto a sus cuatro hijos, un final más que merecido para este honesto y humilde ser humano.
Ser deshonesto es ser falso, injusto, impostado, ficticio. La honestidad, en cambio, es un valor trascendente, representa una condición fundamental en las relaciones interpersonales para lograr la amistad y la auténtica vida en común, además de brindar grandes satisfacciones a nuestro espíritu.
No olvides que un individuo honesto actúa de conformidad con lo que considera correcto, pero no hace de tales actuaciones para ser reconocido por los demás. Esto es algo que solo puede nacer del corazón. Comparte esta historia.