Todos los niños merecen tener una vida digna y feliz, en la que no se vean obligados a crecer con carencias de ningún tipo. Lamentablemente el destino suele ser injusto en ocasiones y muchos niños viven en situaciones de pobreza extrema.
Lo bueno es que aún existen personas de buen corazón, capaces de ayudar a los demás a cambio de la sonrisa sincera de un niño. Como sucedió a un humilde pequeño brasileño que vio cumplido su más grande sueño por un donador.
La vida del pequeño Emanuel Sousa, de 4 años, cambió después de una simple solicitud de voluntarios de la ONG Mundo Brilhante, en Barras, en el norte de Piauí. El niño pedía galletas y café en un emotivo vídeo, pero terminó ganando una casa amobladacomo un obsequio de parte de un empresario carioca.
Las voluntarias de la organización conocieron a Emanuel durante una entrega de alimentos en las regiones donde viven personas de bajos recursos. Después de conocer la situación de la casa donde vivía el niño, decidieron buscar ayuda en las redes sociales.
Dos semanas después de la publicación, un hombre que forma parte de un grupo de activistas en Barras se acercó a los voluntarios diciendo que su tío, un empresario de Río de Janeiro, estaba dispuesto a comprar una casa para la familia de Emanuel.
“Pidió una galleta con café. La solicitud era tan simple; pero él vivía en una casita sin ventanas, sin baño, sin refrigerador ni estufa. Creo que esto fue lo que tocó el corazón de la gente e hizo que el video llegara al donante de la casa, quien no se quiere identificar y ni siquiera nosotros lo conocemos. Fue a través de Flávio, el donante es su tío”, dijo Amanda, una de las voluntarias de la ONG.
Emanuel recibió su nueva casa el martes 1º de septiembre. Además, la madre del niño, Maria Nelsa Rêgo, afirma que ya no padecen más escases de comida y que nadie teme que las inclemencias del clima destruyan su hogar:
“Hoy los chicos duermen tranquilos. Cuando había viento, el niño se sentaba en la hamaca por temor a que la casa se cayera. Y aquí no, ni siquiera entra viento. Ahora tenemos comida, porque antes no la teníamos, siempre faltaba”, argumentó la madre.
Además de Emanuel, los voluntarios de la ONG Mundo Brilhante también ayudaron a hacer realidad los sueños de otros dos humildes niños: Gleyciane y Humberto. La niña pidió un baño en su casa, porque su mayor sueño era darse una ducha, lo que conmovió a mucha gente en las redes sociales. Mientras que Humberto solo pidió un guardarropa, pero también ganó una casa del empresario Gilmar Lucas, de São Paulo.