No hay la menor duda de que el coronavirus cambió la vida de las personas en todos los ámbitos, y su efecto en las relaciones laborales no se ha dejado esperar. Los trabajadores se han tenido que adecuar a la nueva normalidad, pero no a todos se le ha hecho fácil, como es el caso de un maestro en México, su caso conmovió en las redes sociales.
Recientemente, una fotografía circuló en los medios virtuales, en ella se ve a un docente sentado ante un ordenador de un cibercafé en Tehuacán, Puebla, aunque hay quienes aseguran que el hecho ocurrió en Tlalnepantla. El hombre vestido de pantalón negro y camisa blanca con su mochila colocada en el piso y unas hojas de papel en sus manos estaba haciendo su trabajo en línea.
De lunes a viernes se le ve religiosamente en el local para cumplir con su loable misión de educar. A pesar de las dificultades que ello representa, porque no tiene las herramientas para hacer cómodamente su trabajo desde casa, el educador sigue adelante muy motivado pensando siempre en sus estudiantes que lo necesitan.
Así como él, cantidad de profesores han tenido que valerse de inverosímiles estrategias y maniobras para poder cumplir con su trabajo en tiempos tan difíciles y complicados como los que se están viviendo hoy día en el mundo entero por el coronavirus.
“Sin embargo, encontró la forma de seguir presente en la vida escolar de sus alumnos y todos los días asiste a este lugar”, publicó un reportero de un medio local.
Los usuarios en las redes quedaron admirados y extremadamente conmovidos con la abnegación del pedagogo, y le enviaron palabras de ánimo y admiración. Y a la vez aprovecharon la oportunidad para solicitar a la Secretaría de Educación Pública que tome cartas en el asunto y provea a los docentes de los recursos que necesitan para impartir sus clases desde su hogar sin tanta complicación.
Porque si bien es cierto que es plausible el esfuerzo que está haciendo el buen hombre, también es una gran realidad que está poniendo su vida en riesgo y la de los que lo rodean las veces que va al establecimiento día a día y regresa a casa después de su jornada.
“Ese señor está poniéndose en peligro, y puede enfermarse del virus uno de estos días o podría contagiar a alguien. ¿Acaso, el ministerio de educación no piensa en eso?”, expresó un consciente internauta.
Algunos usuarios se contactaron con el hombre para ofrecerle ayuda, bien sea facilitándole un ordenador el servicio de Internet. Un gesto digno de reconocimiento para alguien que ha demostrado una verdadera vocación de servicio y compromiso con lo que hace.
El compromiso y vocación de servicio de este humilde educador son realmente conmovedores. Comparte su historia.