Todos los niños merecen crecer en un ambiente en saludable y rodeados de amor, en el cual ninguno de sus derechos se vea vulnerado y hayan oportunidades para soñar con un mejor futuro pero esto es bastante difícil en un territorio tocado por la guerra.
Esta es la realidad de miles de pequeños en Afganistán pero hay un profesor dispuesto a dibujar sonrisas entre tanto dolor.
El nombre de este comprometido docente es Saber Hosseini y desde hace algún tiempo tomó su bicicleta para recorrer los barrios más golpeados por la guerra y llevar a los pequeños un boleto para otras realidades ¿cómo? a través de los libros.
Con su carisma y energía, Saber sale a regalar muchas sonrisas a los pequeños.
Hosseini lleva la magia de los cuentos a niñas y niños y con ellos les permite desconectarse de los problemas que ha traído la guerra. Este profesor afgano está a cargo del proyecto “Kids Foundation”y compartió un poco sobre cómo surgió la iniciativa.
“Se me ocurrió la idea de este proyecto. Conversé con amigos de círculos literarios, que donaron dinero y lograron que amigos suyos de fuera del país también donaran. Comencé con solamente 200 libros de cuentos para niños, y comencé a ir en mi bicicleta a pueblos más alejados de la provincia de Bamiyan”, reveló Saber.
Hosseini logró que 20 voluntarios más se sumaran a su iniciativa y en pocos meses obtuvieron una biblioteca de más de 600 libros que han ido repartiendo entre los niños de cada poblado. Este maestro y su equipo andan en bicicletas para llegar a cada lugar y las razones son diversas.
Según explicó Saber, no tienen el dinero para invertir en un automóvil, además hay poblados en los que sólo podrían llegar pedaleando y aunado a esto la bicicleta tiene algo simbólico dentro del ambiente violento que sufre su país.
“Los talibanes usaban bicicletas en sus ataques explosivos; yo quise reemplazar la violencia por cultura”, expresó.
Este proyecto funciona como si se tratase de bibliotecas andantes, los voluntarios llevan los libros semanalmente a cada sector para que los pequeños puedan elegir uno con el cual quedarse y después regresarlo a la semana siguiente.
Los lectores más asiduos se animan a tomar prestado más de un cuento y con ello se alejan de la cruda realidad que la mayoría de ellos atraviesa. Por eso, además de los ejemplares, este maestro también se toma su tiempo para compartir con los chicos y dejar en ellos alguna enseñanza para sus vidas.
“Cada vez que le llevo libros a los niños, trato de hablar con ellos sobre algún tema específico. Principalmente hablamos de la importancia de la paz, los peligros de las adicciones, y la necesidad de tolerante entre las personas con diferentes culturas y creencias”, comentó.
La mayoría de los libros han llegado a la fundación por medio de donaciones hechas desde Irán, “ya que la publicación de libros en Afganistán es muy limitada. Para comprarlos, tenemos que viajar a la frontera con Irán”, explicó Hosseini.