En algunos casos la negligencia médica puede tener consecuencias fatales, este hecho ha causado indignación en la opinión pública. Se trata de la equivocación de un doctor que causó que una madre perdiera al bebé que esperaba.
Sucedió el pasado siete de agosto en el distrito de Gangseo en la capital de Corea del Sur cuando una paciente embarazada de siete semanas acudió a una clínica para recibir una inyección.
El médico que la recibió se confundió de expediente clínico y no verificó con ella su identidad.
De acuerdo con la información de la agencia de noticias de Corea del Sur, la paciente solamente tenía que recibir una inyección nutricional, pero la enfermera le inyectó anestesia.
Después, el doctor procedió a practicar la interrupción del embarazo que debió hacerle a la otra paciente, a quien correspondía el expediente según el que actuó.
Lamentablemente, la paciente no tuvo tiempo de prevenir la tragedia que le sobrevino, desde que recibió la anestesia perdió el conocimiento y cuando lo recuperó era demasiado tarde.
Cuando despertó fue que descubrió lo que había ocurrido. Es muy raro que el médico ni la enfermera hayan verificado la identidad de la paciente y la sometan a un procedimiento como ese sin comprobar que asistió acompañada a la clínica.
De acuerdo con la legislación de ese país, la práctica de la interrupción del embarazo es ilegal y es técnicamente punible hasta por un año en prisión.
Aunque se aplican excepciones en caso de que los padres padezcan enfermedades hereditarias, que el embarazo sea fruto de una relación sin consentimiento, violación o incesto o que represente un riesgo vital para la madre.
En Corea del Sur se han realizado aproximadamente 50.000 interrupciones de embarazos el año pasado de acuerdo con las estadísticas del Ministerio de Salud.
Sin embargo, se presume que la cifra puede ser mucho más alta sumando aquellas intervenciones quirúrgicas que se realizan ilegalmente para este fin.
El pasado lunes, la policía de Seúl, en Corea del Sur, abrió una investigación sobre el caso de negligencia.
El médico que estuvo a cargo de la operación y la enfermera están siendo investigados por las autoridades policiales y deberán comparecer ante la justicia. Los dos tienen una acusación en contra por negligencia médica.
Ambos han reconocido su culpabilidad en el lamentable hecho que le arrebató injustamente a una madre su pequeño bebé y dejó devastada a una familia. La paciente necesitará ayuda psicológica para recuperarse de una experiencia tan traumática, nada podrá ofrecerle el consuelo ante el dolor de despedirse de la ilusión de la llegada de su hijo.
Los usuarios en las redes piden que se haga justicia y que tanto el médico como la enfermera paguen sin clemencia por su acto. Comparte esta noticia.