A medida que se distribuyen las primeras vacunas contra el COVID-19 en todo el mundo, las autoridades sanitarias de algunos países comenzaron a aprobar la de Pfizer/BioNTech para uso generalizado. Pero, aunque muchas personas desean ponerse una inyección lo antes posible, a otras les preocupa introducir algo desconocido en su cuerpo.
Para el Dr. Erik Yager, profesor asociado de Microbiología en el Centro de Educación y Capacitación Biofarmacéutica, la realidad del proceso de vacunación es que existen muchos mitos y teorías conspirativas alrededor de ello.
En una entrevista explicó por qué no deben creer a las personas que aseguran que la vacuna es más peligrosa que el virus en sí.
Esta tormenta de propaganda contra las vacunas que se extiende por las redes sociales es, sin lugar a dudas, uno de los desafíos clave que enfrentan los funcionarios de salud de todo el mundo.
Y es que, la preocupación de los expertos se centra en la sistemática campaña de desinformación llevada a cabo, y que la misma pueda llegar a convencer a las personas más vulnerables de que eviten recibir la vacuna.
La realidad está a la vista de todos. Vacunar a la mayor cantidad de personas lo más pronto posible es crucial para escapar de la pandemia. Por eso, los científicos quieren asegurarse de que las noticias falsas no tengan la oportunidad de propagarse.
Ha sido la voz del microbiólogo quien ha desacreditado algunos mitos comunes sobre la vacuna. En una sesión de preguntas y respuestas aseguró que las Pfizer/BioNTech y Moderna, en particular, han sido objeto de varias teorías de conspirativas.
Esto, según explicó, se debe en parte, porque utilizan un nuevo tipo de tecnología de vacunas llamada ‘mRNA’, que se desarrolla adaptando parte del código genético del COVID-19.
“Los antivacunas han afirmado que esto podría reescribir nuestro propio ADN, sin embargo, este tipo de vacuna no se puede incorporar a nuestro genoma”. explicó el Dr. Yager.
Añadió que, si bien nuestro ADN puede crear proteínas de ARNm, nuestro cuerpo no contiene la capacidad ni la maquinaria necesaria para ir en sentido inverso, del ARN al ADN.
Asimismo, el experto también se dirigió a los telespectadores para afirmar que las vacunas no son tóxicas para el cuerpo humano.
Esta es otra hipótesis propuesta por los antivacunas, quienes dicen que estas contienen altos niveles de mercurio y formaldehído, sustancias muy peligrosas para el organismo.
No obstante, el Dr. Yager desmonta esta teoría al señalar que la mayoría de estos materiales se encuentran en cantidades imperceptibles, o se han eliminado en el procesamiento, asegura que no representan ningún daño.
También descartó la idea de la “inmunidad colectiva”: dejar que el virus se propague de forma natural. Una idea explorada por algunos países como Suecia en los inicios de la pandemia, pero que, sin embargo, no han dado resultado. En realidad, la vacuna se ha desarrollado velozmente, en proporción a la minuciosidad con la que se ha probado.
“Esto no es viable debido a la alta tasa de mortalidad asociada con la inmunidad colectiva y el peligro de problemas de salud a largo plazo”, dijo el experto en microbiología.
Miles de voluntarios recibieron dosis en ensayos clínicos realizados en todo el Reino Unido, país pionero en otorgar las dosis. Por lo tanto, si tú o alguien que conoces tiene miedo de recibir la vacuna, que sepan que no hay por qué preocuparse.
Elogiamos los esfuerzos de los desarrolladores y voluntarios de vacunas para producir una que funcione para todos. Comparte esta historia con tus amigos.