Ben Littlewood fue un joven que murió de la manera más extraña y repentina posible dejando un gran vacío en corazón de sus padres. Tuvo una vida muy tranquila, no fumaba ni tomaba, se mantenía alejado de los vicios por los que estos factores fueron descartados a la hora de concluir la causa de su muerte.
Ben se encontraba en casa con su familia, estaba preparando un té pero nunca imaginaron que sería lo último que hiciera.
Ben era cadete del ejército.
Su madre lo llamó varias veces y le pareció extraño que Ben no respondiera, por lo que decidió acercarse a la cocina donde se encontró con una angustiante escena, su hijo estaba convulsionando en el piso.
Sus padres lo llevaron al hospital donde padeció por ocho días hasta su muerte. Se estima que el joven movió la cabeza rápidamente lo que causó que una arteria se desgarrara y formara un coágulo de sangre en el cerebro.
La familia es de Dukibnfield en Tameside, Gran Manchester, Inglaterra.
Ben tan solo tenía 17 años, los médicos no imaginaron que podría sufrir un derrame cerebral. El médico especialista comenta que nunca antes había visto un caso similar en todos sus años de carrera.
La madre de Ben, Vicky Brocklehurst, pide mayor conciencia e investigación sobre los accidentes cerebrovasculares.
La madre realizó una investigación en Stockport, Greater Manchester.
El caso de Ben sorprende a la medicina en Inglaterra, en este país la edad promedio en que las personas tienen un derrame cerebral por primera vez es de 68 años.
El Dr. Christopher Douglass comenta que en los jóvenes la causa más común es un coágulo de sangre que se consigna por una lágrima o un bloqueo. El Dr. Douglass comenta al respecto:
Un movimiento brusco puede haber causado el desgarro en la arteria de Ben. Es bastante común que cuando investigamos los accidentes cerebrovasculares, en uno de cada cinco casos no encontramos una causa y es potencialmente imposible saberlo”.
La madre de Ben destaca que aunque el doctor Douglass no está totalmente seguro de la causa de la muerte de su hijo, es probable que esté asociada a un golpe repentino o extremo en el cuello.
Por lo que insta a todos los jóvenes a tener mucho cuidado cuando realizan ciertos movimientos que por muy inocentes que parezcan pueden terminar en una tragedia.
A Ben le realizaron una tomografía computarizada en el Hospital Tameside.
Después de la muerte de Ben, familiares y amigos recaudaron 2.500 euros para la Stroke Asoccioation, la prueba concluyó que el joven murió de trombosis de la arteria vertebral o accidente cerebrovascular isquémico.
Todos sentimos la repentina y trágicamente de un joven que tenía una montaña de sueños. Paz a su alma y fortaleza a su familia. Comparte esta noticia, puede advertir a otros y salvar vidas.