Juan Pablo es un niño como hay muchos, desgraciadamente. Ni él ni sus hermanos menores nunca supieron quién fue su padre, y vivieron con su madre hasta que esta, en un desafortunado día gris, también desapareció entre la lluvia y nunca más sus hijos volvieron a saber de ella.
A partir de allí, Juan tuvo que crecer antes de tiempo, y con tan solo 11 años de edad tomó las riendas de su familia y se hizo cargo de él mismo y de sus hermanitos. En ese sentido, Juan Pablo es un niño como pocos.
Tú, adulto que me lees ahora, ¿te imaginas tener 11 añitos apenas y tener que asumir tanta responsabilidad y ser un “padre”? Pues así de triste y asustado se sintió Juan al principio.
No obstante, el jovencito se preocupaba porque sus hermanos no faltaran ni un solo día a clases, los llevaba él mismo en persona y cada día los cuatro salían a aprender.
Al sonar el timbre de salida, Juan se iba a las siempre convulsionadas calles de Bogotá, Colombia, a pedir limosna para comprar comida para sus hermanitos.
Pero cuando no hacía el dinero suficiente, Juancito lo intentaba todo para cuidar de los únicos seres que le restaban en la vida, incluso, nuestro pequeño héroe debía pasar por el dolor y la humillación de tener que internarse en la basura.
“Juan hizo todo lo que pudo para asegurar la supervivencia de sus hermanos”, comentó un conocido de los muchachos.
Mauro Torres amigo de Juan Pablo declaró haberlo visto trabajando en la recolección de basura para poder obtener ingresos
Una noche, vecinos de los niños se sobresaltaron con una serie de gritos incesantes provenientes del interior de la casa. Uno de los hermanos lloraba sin cesar. De inmediato, preocupados, dieron parte a las autoridades de la inusual situación.
Cuando la policía llegó a su casa para investigar de qué se trataba el alboroto, se dieron cuenta de que uno de los niños había sufrido una caída y se quejaba por el dolor del golpe. Pero lo realmente grave fue constatar que los cuatro niños vivían completamente solos.
Capitán Javier Gómez de la Policía de Infancia y Adolescencia encargado de la investigación
Nadie sabe cuánto tiempo estuvo Juan al frente de los suyos, pero lo sorprendente es que los infantes se encontraban en perfecto estado de salud, gracias al excelente trabajo, la dedicación y el amor de este sensacional pequeñín.
Él tiene mucho que enseñarnos sobre la paternidad y la familia, porque no hay obstáculos imposibles de sortear cuando de cuidar a los seres que más amamos se trata.
“No se sabe cuánto tiempo vivieron solos, pero lo cierto es que Juan hizo un extraordinario trabajo, es un héroe”, comentó una de las residentes de la zona.
Este desarrollo del sentido de la responsabilidad es algo muy poco común en niños de esa edad, por eso es que la acción de inmensurable amor de este noble jovencito quedará grabada en las mentes de todos.
Comparte esta hermosa historia sobre la importancia del amor y la entrega por los seres que amas y ojalá que estos cuatro niños puedan crecer en paz, en el seno de una familia y se conviertan en hombres de bien.