Como muchos niños, Wolfang Reader tiene grandes sueños sobre la profesión que perseguirá cuando sea grande. La mayoría de los pequeños asegura a sus padres que se convertirán en astronautas o veterinarios, pero Wolfang ha dejado a su familia boquiabierta al declarar que se convertirá en un empleado del aseo.
Desde los primeros meses de la pandemia, el niño de tan sólo tres años forjó una gran amistad con los encargados del aseo en su zona y no tardó en descubrir algo de lo que muchos adultos todavía no se han dado cuenta: son los héroes del día a día.
Wolfy suele pasar las tardes jugando en el jardín de su casa, los días de cuarentena y aislamiento social han resultado un poco tediosos para él, pero se las ingenió para hacer amigos en medio de una situación tan complicada. Cada viernes en la tarde, el camión del aseo conduce hasta su casa.
El simpático Wolfy se acercó a ellos y comenzó a hacerles todo tipo de preguntas sobre su labor. El curioso encuentro se convirtió en toda una tradición y Wolfy espera con ansias los viernes para poder ver a sus amigos.
Los padres de Wolfy decidieron celebrar su cumpleaños de una manera muy especial. No podían realizar una fiesta con todos los niños así que le indicaron al pequeño que debía elegir tan sólo dos de sus amigos para poder compartir. Wolfy no tardó más que un par de segundos en responder.
“De inmediato nos dijo que quería celebrarlo con JD y Drew, sus amigos del camión de basura”, dijo Julia Whekamp, la madre de Wolfy.
Algunos padres podrían tomarse esto como algo extraño, pero Wolfy cuenta con una familia amorosa que lo apoya en todo momento. Al principio, temían no poder hacer realidad el sueño tan especial de Wolfang, su cumpleaños era un día miércoles y el camión de la basura no pasaba esos días por allá.
Sin embargo, en cuanto escucharon la petición del pequeño organizaron todo para darle una tierna sorpresa. Varios conductos del aseo llegaron hasta su casa luciendo su uniforme y los enormes camiones que tanto le encantan a Wolfy. Jugaron durante un par de horas y celebraron por todo lo alto.
Lo mejor de todo es que le regalaron al pequeño uno de sus chalecos para darle una bienvenida simbólica al equipo. No hay dudas de que este niño es un gran ejemplo para todos.
Ese es el amor y agradecimiento que todos deberíamos sentir por los trabajadores esenciales, especialmente en tiempos tan difíciles como los que estamos viviendo. ¡Comparte esta adorable celebración!