Si algo caracteriza a los niños es que les encanta jugar y divertirse. Pero muchas veces, son demasiado arriesgados y aventureros en su afán de hacer lo que les gusta.
Los pequeños no tienen la suficiente madurez para entender la noción de peligro, y pueden poner en grave riesgo su vida como le pasó a un niño en Tailandia.
Cuando los padres deben ir al trabajo o a realizar algún trámite y no tienen quien cuide a sus niños, no les queda más alternativa que dejarlos solos, si hay algún hermano mayor será quien esté a cargo.
Al sentir que están fuera del alcance de la mirada y control paterno, se les ocurren cantidades de travesuras, sin medir el riesgo.
Tal cual ocurrió en Nonthaburi, Tailandia cuando un pequeño de cuatro años quedó solo en casa, con su hermano un poco mayor que él. En lugar de quedarse dentro del hogar, salieron a jugar billar en el bloque de apartamentos donde residían.
Gracias al circuito cerrado de vigilancia del edificio, quedó grabado todo lo sucedido. Se veía claramente cuando el infante empezó a subirse por las barandas de metal del balcón.
Un pequeño movimiento en falso hizo que la criatura se desprendiera desde una altura de unos treinta metros y medio.
El chiquillo venía en caída libre y se desplomó aparatosamente sobre el toldo de un puesto de comida. Con su cuerpo golpeó y rompió el borde de una mesa de plástico que estaba debajo.
Los vecinos se alarmaron y rodearon al infortunado, como ocurre siempre en estos casos.
“Estaba parado en la entrada, luego escuché el sonido de algo chocando contra un árbol y golpeando el suelo”, comentó un nervioso vecino.
Por la altura y la magnitud de la caída, muchos de los presentes llegaron a pensar que el niño había perdido la vida.
“Entonces alguien lloró. Corrí hacia allí, encontré al niño boca abajo en el suelo, un hombre lo levantó y vio que todavía estaba vivo”, informó otro vecino.
El pequeño estaba consciente y empezó a quejarse, le dolían mucho los brazos y las piernas.
«El niño dijo que su brazo y piernas izquierdos estaban lastimados, así que le dijimos que se quedara quieto y esperamos la ayuda», aseguró otro de los vecinos.
Los paramédicos se apersonaron en el sitio, y tomaron control de la situación. Llevaron al accidentado en una ambulancia hasta el hospital más cercano donde fue atendido.
Semejante caída a esa altura era para esperar lo peor. Afortunadamente solo tuvo algunas heridas leves y lesiones menores en su cuerpo, ningún hueso fue lastimado.
Permaneció ingresado en el hospital, para darle el alta al día siguiente. Hasta el momento no se conocía nada sobre los padres del menor.
“El niño está vivo y bien. Recibí en un informe del hospital que asegura que la salud del niño está bien, no hay huesos rotos”, aseguró el coronel de policía Pongchakree Reechakarunpong.
Este pequeño volvió a nacer ese día, esperemos que él y su hermano aprendan la lección.
No dejes nunca de hablar con los pequeños de la casa sobre el peligro de ciertos juegos, y recuerda que lo mejor es mantenerlos vigilados permanentemente. Comparte este caso.