Iker Fuentes, de cinco años, fue diagnosticado con parálisis cerebral espástica cuadripléjica después de haber mordido la pila con la que jugaba en su casa.
Cuando su madre se dio cuenta de que había mordido la batería lo trasladó de inmediato al hospital general de Torreón, Coahuila, en México, el pequeño estaba caminando y no tenía ningún síntoma alarmante.
Fue dado de alta, los médicos determinaron que no había nada grave que atender. Pero en pocos días, Iker dejó de caminar y sus capacidades motrices y de lenguaje empezaron a verse afectadas.
El niño fue sometido a una operación muy compleja tras determinar que la batería le había causado daños por las peligrosas sustancias que contiene y pasaron a su organismo.
Lamentablemente, después de la cirugía desarrolló hidrocefalia, quedó cuadripléjico no podía moverse. Permaneció ingresado en el hospital durante un mes sin poder moverse de la cama, recibió el alta médica pero su condición no mejoraba.
“La parálisis cerebral espástica cuadripléjica es el tipo de parálisis cerebral más grave, produce rigidez severa de los brazos y piernas, y un cuello blando o débil. Las personas que desarrollan esta enfermedad generalmente no pueden caminar y suelen presentar problemas de lenguaje”, dice un comunicado del Instituto Nacional de la Salud Infantil y desarrollo Humano Eunice Kennedy Shriver de Estados Unidos.
Los padres de Iker no pierden la esperanza de mejorar la condición de su hijo por medio de sesiones de terapias físicas, visuales y de lenguaje. Aunque no cuentan con los recursos económicos para cubrir esos gastos médicos y tratamientos no se rinden y piden ayuda para recaudar fondos. Quienes estén intersados en ayudar pueden hacerlo a la cuenta 5256 7816 1300 4790 de Banamex, o llamando al 87 11 66 42 82.
Su mayor anhelo es ver a su hijo correr, jugar y reír como antes.
Las baterías son una tóxica fuente de energía, contienen sustancias como plomo, mercurio, cadmio y litio, todas dañinas para la salud y el ecosistema.
Una alta exposición al mercurio puede causar daños renales y cerebrales, además, puede causar retraso mental y problemas motrices y de lenguaje, así como ceguera y convulsiones.
Es importante mantener las baterías fuera del alcance de los niños, sobre todo aquellas de botón. En caso de que un niño ingiera una pila hay que acudir de inmediato a buscar atención médica.
En caso de que la pila se aloje en un pulmón las complicaciones son muy graves. Así como si se atasca en el esófago, la ingesta de este producto puede causar un desenlace fatal.
Es importante mantenerse alerta y aprender a detectar los síntomas a tiempo, pero lo mejor es prevenir que las pilas puedan estar al alcance de los más pequeños. Comparte esta noticia.