La mayoría de los niños suele beber en botellas plásticas pequeñas durante sus meriendas. Sobre todo, mientras están en el colegio o fuera de casa, pero este artículo tan común puede ser muy riesgoso.
Clare Wooff, de 33 años, es madre de Riley, de 6 años, estaba conduciendo su auto el sábado pasado cuando notó que su hijo se quejó en el asiento trasero y comprobó que su lengua estaba atascada en una botella plástica.
Ella detuvo el auto y esperaba liberar fácilmente la lengua de Riley de la boca de la botella, pero no lo logró. Se asustó cuando comprobó que no se movía.
Después de varios intentos infructuosos, Clare lo trasladó al hospital de Lancaster Royal donde varios médicos atendieron la emergencia.
Su madre pensó que se trataba de un procedimiento sencillo, pero se alarmó cuando le dijeron que necesitaban llamar a médicos especialistas, una de las opciones que contemplaron fue el traslado aéreo de Riley al hospital Alder Hey en Liverpool.
La lengua del pequeño se inflamó y se puso negra, apartaron a Clare de la sala de emergencias y le dijeron que podría necesitar una cirugía mayor potencialmente peligrosa.
Fue necesaria la participación de diez médicos para retirar la lengua del niño bajo sedación, afortunadamente el procedimiento fue exitoso. Riley recibió el alta médica y salió con su lengua intacta, aunque con dificultades temporales de habla.
Clare vivió una experiencia aterradora, les pide a todos los padres que se deshagan de botellas similares marca Sainsbury’s porque no tienen un sistema de seguridad que proteja la lengua de los niños.
“Fue el día más aterrador de mi vida. Todavía estoy realmente sacudido. No puedo dejar de mirarlo y sorprenderme”, dijo la madre.
Agregó que no esperaba que este artículo de uso cotidiano que la mayoría de los niños tiene en sus bolsas de merienda fuera tan riesgoso.
“Algo como esto podría suceder muy fácilmente. Nunca lo esperas. A otros padres, por favor, simplemente tiren estas botellas. Es fácil poner tu lengua en estas botellas jugando. Todas deberían tener un sistema para evitar que esto suceda”, relató Clare.
Cuando la lengua de Riley se atascó en la botella entró en pánico, sentía cómo se inflamaba sin poder moverla.
Su madre comentó que ese día había asistido a su entrenamiento de fútbol en la mañana y después hizo compras con su abuela, quien le dio unas patatas fritas y una bebida.
En la botella se atascó la lengua de Riley, actuó como una aspiradora, en el hospital cortaron el envase, pero la boca seguía adherida a la lengua del niño.
Necesitaban proteger las vías respiratorias de Riley, pero la tapa de la botella estaba atascada, les impedía bajar el tubo a través de su garganta.
“No querían trasladarlo a otro hospital en ambulancia, porque era un recorrido de una hora. Se negaban a correr el riesgo de que tuviera complicaciones durante el trayecto y no pudieran salvarlo.
Los médicos relataron: “Era un grave riesgo. El niño podría haber perdido la respiración cuando cortamos la tapa. La inflamación podría bajar por su garganta y necesitar una traqueotomía, requiriendo así ser ingresado en la unidad de cuidados intensivos.
Asimismo, tenía riesgos de sufrir complicaciones cardíacas, como un infarto, porque al liberar la lengua toda la sangre circularía de forma rápida por una de las venas principales.
Han transcurrido 15 días desde el incidente que sufrió Riley. Se está recuperando en su casa.
Los padres del pequeño instan a los padres a estar alerta y a los fabricantes a usar dispositivos de seguridad en las botellas plásticas.
Todavía la lengua de Riley está adolorida, le cuesta hablar, aunque quizás él no tuvo noción de la gravedad del incidente.
Ante la masiva difusión del caso, un representante de la marca Sainsbury’s dijo: “Estamos investigando este incidente aislado con nuestro proveedor, y le deseamos a Riley una pronta recuperación”.
Comparte la experiencia de estos padres para advertir a otros sobre los graves riesgos de estos envases.