No cabe duda de que son los tiempos difíciles los que revelan la verdadera esencia de las personas y son precisamente los más pequeños quienes dejan al mundo con la boca abierta al enseñarnos valores casi en peligro de extinción, como la empatía y el desinterés.
Tal como hizo un pequeño niño de solo 7 años de Maryland, Estados Unidos, que en medio de la pandemia de coronavirus, tuvo el más noble gesto al utilizar el dinero que ahorró durante años para ayudar a los más necesitados y vulnerables ante la calamidad que enfrenta toda la humanidad.
Su intención fue vencer el miedo al terrible virus con amor y, para ello, no dudó en utilizar los 600 dólares que tenía ahorrados, de dos fiestas de cumpleaños y tres navidades, para poder comprar diversos artículos de primera necesidad y poder armar 65 paquetes de cuidado para el COVID-19.
Además de ello, también compró 31 comidas calientes de un restaurante local, llamado Buca Di Beppo, para donarlas a personas mayores y, al mismo tiempo, ayudar a las empresas locales afectadas por el cierre de todos los restaurantes, por mandato de las autoridades.
“¡Qué tal chicos! Estoy en Target. Gracias por sus donaciones, miren todas las cosas que tenemos para ayudar”, dijo Cavanaugh.
Fue así como el noble niño logró llenar varios carritos de compras con la comida y botellas de desinfectante, para entregarlas él mismo a las personas mayores y, por supuesto, los ancianitos quedaron conmovidos con su gesto.
“¡Oh, gracias, cariño!”, dijo un indefenso ancianito.
Además de su noble acción, Cavanaugh también ayudó a alimentar a 90 estudiantes, previo a la suspensión de todas las actividades escolares en el país americano y nunca deja de buscar nuevas formas de poder ayudar.
Por si fuera poco, el inteligente niño creó una organización sin fines de lucro llamada “Cool and Dope” con la misión de erradicar todo el acoso en los jóvenes y niños, a través de la acción política y social, antes de cumplir sus 18 años, el 20 de noviembre de 2030.
Cavanaugh se convirtió en filántropo y activista defendiendo los derechos de los niños después de que, con solo 5 años, fue objeto de actos injustos hasta el punto de pensar perder las ganas de vivir.
Fue su madre quien lo alentó a contrarrestar su experiencia creando un movimiento para difundir la positividad y el amor.
En tan poco tiempo y una edad tan temprana, ya ha logrado mucho. Ofreció una charla juvenil en una ONG; hizo que la ciudad de Gaithersburg dedicara el 21 de febrero como “Día de Concientización sobre el Bullying” en honor a Gabriel Taye, un niño de 8 años de Ohio que perdió la vida después de sufrir bullying en 2017; logró que su condado designara octubre como el mes de Prevención del Bullying; y en octubre de este año espera liderar el Rally Anti-Bullying en Washington, DC.