Lamentablemente existen personas que no conocen el verdadero significado de la palabra «valores» y son capaces de actuar con maldad sin tener un mínimo de remordimiento.
Jaye Cook, un pequeño de 9 años con parálisis cerebral quedó devastado tras ser víctima de personas inescrupulosas que robaron su andadera especializada y su silla de ruedas.
Realmente Jaye necesita de estos instrumentos para desplazarse de un lugar a otro y tener una mejor calidad de vida.
Este desafortunado incidente ocurrió fuera de la casa de la familia del infante tras regresar de un día de feria.
Nada justifica un robo, pero lo que se llevaron estos ladrones no fueron accesorios comunes, un juego, un par de zapatos, se llevaron una silla de ruedas y una andadera especializada que había sido adaptada para que este pequeño pudiera movilizarse e incluso jugar fútbol.
La vida de Jaye cambió por completo cuando recibió estos instrumentos. Su uso diario mejoró su calidad de vida, se hizo más independiente. Para él su andadera y su silla de ruedas representaron la oportunidad de una nueva vida.
Mel, la madre de Jaye dijo que tras un par de operaciones la movilidad de este niño mejoró considerablemente, sin embargo, no podía caminar por sí solo. Su hijo utiliza la silla de ruedas para desplazarse en la escuela y la andadera le permite incorporarse a ciertas actividades junto con sus compañeros de clase.
Tener ese andadera cambió su vida, gracias a sus dos operaciones mi hijo podía caminar bien con ella, incluso jugar fútbol».
Pero después de regresar de un día de feria con su familia unos ladrones robaron los equipos de Jaye, y con ello se llevaron también la posibilidad de moverse de un lugar a otro.
Mel dijo que solo había dejado el equipo durante 15 minutos fuera de la casa familiar en Funderworld antes de que desapareciera.
Los puse justo en la parte delantera de la casa, debajo de la ventana y detrás de la papelera, entramos y salimos. No tardamos más de 15 minutos y alguien se los llevó».
Antes de darle la mala noticia a su hijo Mel recurrió a los vecinos para ver si podía encontrar los equipos de Jaye, pero nadie le dio razón.
Mel confesó que temía decirle a su hijo que sus equipos habían desaparecido.
Su madre rogó a estas personas sin escrúpulos a través de las redes sociales que por el bien de su hijo le devolvieran la andadera y la silla de ruedas.
No se merecía esto, tampoco yo. La vida ha sido muy dura para nosotros dos».
Afortunadamente en tan sólo 24 horas generosas personas hicieron sus donaciones destinadas para comprar nuevamente estos equipos, si quieres dar tu aporte a esta noble causa puedes hacer clic aquí.
Esperamos que Jaye tenga nuevamente su andadera personalizada. ¡Comparte esta historia!