En muchos países las vacaciones de verano terminaron y el timbre escolar ha empezado a sonar en muchas instituciones. El primer día de clases puede ser una aventuran cargada de muchas emociones para los pequeños.
La ansiedad se refleja en la entrada de los colegios, a través de las risas o el llanto, más aun para un niño con espectro autista para quien la presión del primer día puede ser abrumadora.
De este modo le ha pasado al pequeño Connor Crites, de 8 años, en su primer día de clases en la primaria Minneha en Wichita, Kansas.
El alumno de segundo grado en lugar de estar explorando el patio y saludando a sus compañeritos estaba nervioso acurrucado en una esquina llorando.
Connor sufre de autismo y a menudo lucha por procesar las emociones frente a nuevas situaciones. Por eso todo el estímulo y sensaciones de su primer día de clases terminaron por abrumarlo y el pequeño estaba asustando y sollozando entre lágrimas.
Pero entre su temor, apareció un ángel para rescatarlo.
Se trataba de Christian, otro niño de 8 años que también comenzaba el segundo grado. Este chiquillo se dio cuenta de lo difícil y triste que estaba siendo la situación para Connor y decidió acercarse, al verlo llorando solo.
No fueron necesarias las palabras para que Christian lograra calmar a su compañero asustado. El pequeño sólo tomó la mano de Connor y el sencillo gesto bastó para transmitirle la confianza necesaria, como para que se calmara.
Courtney Moore, la madre de Christian, presenció la conmovedora escena y tomó una foto de los niños. Mientras, el par de extraños se habían hecho amigos con un apretón de manos que significaba mucho más.
Es como si con el gesto, Christian le hubiese dicho a Connor: ‘Calma amigo, todo estará bien’.
“Lo vi en el suelo con Connor cuando Connor estaba llorando en la esquina y lo estaba consolando. Él tomó su mano y lo llevó a la puerta principal.
Esperamos hasta que sonó la campana y lo acompañó al interior de la escuela. El resto es historia. Tienen un vínculo inseparable”, dijo la Sra. Moore.
Además, la madre de Christian decidió compartir la tierna fotografía en las redes con un dulce mensaje que tocó muchos corazones: “»¡Las bendiciones vienen en muchas formas y Dios nos permite ser un medio de amor!», decía.
April Crites, la madre de Connor vio la fotografía y no pudo contener las lágrimas al descubrir el rostro temeroso de su pequeño. Aunque se sintió aliviada de saber que ese tierno niño estaba allí para prestarle ayuda a su hijo de la forma más desinteresada.
«Temo todos los días que alguien se ría de él porque no habla correctamente, o se ría de él porque no se queda quieto o porque salta de un lado a otro y agita las manos», dijo Crites.
Sin embargo, para la mirada protectora de Christian no hay ninguna diferencia entre Connor y él. Simplemente se trató de un nuevo niño sintiendo el mismo temor que quizás él mismo haya sentido en algún inicio de clases.
Ninguno de estos chicos estaba preocupado por sus diferencias y desde ese primer momento han quedado unidos por un bello lazo de amistad.
Estos pequeños tienen un poderoso mensaje para todos: “Sólo sé amable, sin poner condiciones”. Un ejemplo hermoso que esperemos resuene en más de una vida y ayude a mejorar nuestras actitudes.
Comparte esta tierna nota con tus amigos y que el retrato de estos pequeños nos demuestre lo hermoso de obrar siempre de la forma más empática posible.