La cuarentena impuesta con carácter de obligatoriedad se está haciendo insoportable para los latinoamericanos. Lo curioso es que una de estas muestras de subversión contra las medidas de aislamiento social en Argentina haya estado encabezada por un pastor evangélico de nombre Daniel Cattaneo.
En virtud de la flexibilización y reapertura de algunos servicios por encima de otros (algunos bares y cafés han abierto, mientras los servicios religiosos se mantienen cerrados), Cattaneo fue contundente y muy peculiar en su protesta, al reabrir las puertas de su Iglesia Evangélica, harto de la cuarentena que impuso el Gobierno de Alberto Fernández por el coronavirus.
El hombre colocó mesas y sillas de bar en el templo conocido como la Comunidad Redentor, ubicado en la ciudad de San Lorenzo de la provincia de Santa Fe; a su vez, los pastores se vistieron de mozos para hacer una satirización de la medida que consideran, según dicen, injusta y absurda.
Ahora la iglesia luce como nadie lo hubiera pensado
“Los bares pueden abrir, las tiendas pueden abrir, ¿por qué nos discriminan?”, dijo el pastor y líder de su iglesia.
Daniel Cattaneo también aseveró que de esa manera ejerce su derecho constitucional a la libertad de culto y practicar la fe. Además, el pastor señaló que se amparó en el artículo 14 de la Constitución Nacional de Argentina para elevar su reclamo y que las actividades en los centros religiosos vuelvan a realizarse con normalidad.
“Estamos parados y vestidos de esta manera, llevando una bandeja, porque parece que esta es la única forma en que podemos servir la palabra de Dios”, añadió Cattaneo.
Esta reapertura de la Iglesia-Bar se efectuó el mes pasado y coincidió con el aniversario número 75 del templo. No obstante, cabe destacar que hasta el sábado 13 de junio la cifra de infectados por coronavirus en Argentina aumentó a 72.723, mientras que el número de muertos por esta enfermedad subió a 1.437.
En general, los ciudadanos argentinos parecen estar divididos en su llamado de atención a las políticas del presidente Alberto Fernández. En los dos últimos fines de semana, las denuncias señalan una mala gestión de la pandemia y las carencias en el sistema hospitalario, ya colapsado por los infectados de coronavirus.
Pero, del otro lado están quienes piensan y aseguran que la pandemia de COVID-19 es un invento, una conspiración del Estado para establecer su hegemonía y dar paso al abuso de poder.
Tal como sus vecinos del Sur de América, el país albiceleste lleva más de cien días de aislamiento social obligatorio y un cierre casi total con miras a una próxima extensión.
No son solo los argentinos, sino que muchas otras son las sociedades que se encuentran asustadas en este momento, producto de la incertidumbre acerca de lo que está por venir.
Comparte esta historia con tus seres queridos, no te expongas de no ser necesario y acata todas las medidas impuestas para la prevención del contagio de esta terrible y aún poco conocida enfermedad.