En algunos países, la imagen que la gente tiene de los policías y militares, no siempre es la mejor. Se han visto uniformados que valiéndose de su autoridad cometen atropellos imperdonables. Pero la verdad es que afortunadamente, son casos aislados, y la mayoría son fieles servidores de su país.
Juan Manuel Reyes es un verdadero héroe sin capa
Este oficial de la Policía de Puebla, en México, quedó bastante desconcertado cuando se encontró con una niña solitaria afuera de su escuela.
La pequeña permanecía angustiada a la espera de sus padres, que por motivos que se desconocen, se retrasaron casi 60 minutos de la hora habitual en que debían recogerla.
Fue entonces cuando el policía, al verla sola y desprotegida, intervino. Aunque la pequeña estuvo temerosa en un principio al ver a ese oficial desconocido que se acercaba, luego se dio cuenta que él sólo quería custodiarla y garantizar su seguridad.
Las cámaras de seguridad captaron el momento en que el oficial se acerca a la niña solitaria
Reyes es miembro de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal (Ssptm), y como tal, se había presentado en la institución educativa para ayudar en el operativo de la salida de los alumnos de primaria, que es a las 18:00 horas.
Muchos transeúntes, conductores y padres de familia, pasaron junto al oficial y la menor, durante todo ese tiempo. Y aunque les resultó extraño no hicieron nada para averiguar lo que sucedía.
El policía decidió que era su responsabilidad velar no sólo por la seguridad de la pequeña, sino mantenerla tranquila y calmada. Y aunque sus labores ya habían terminado, no dudó en quedarse para vigilarla, pero manteniendo el respeto y la distancia, y sin hablar con ella.
Juan Manuel empezó a preguntar a todos quienes pasaban si conocían a sus padres, pero nadie le daba razón de ello. Él comenzaba a angustiarse y a pensar si no les habría pasado algo malo.
Hasta que finalmente, faltando 10 minutos para las 19:00 horas,de un auto blanco se bajó su madre, que corrió a abrazarla, afligida por el retraso.
El oficial, por su parte, pudo por fin respirar en paz, no sin antes, llamarle la atención a la mujer por haber dejado a su hija desprotegida.
La historia del oficial y la niña, no tardó en capturar la atención de medios locales. Y en una entrevista se quitó todo el mérito, y reflexionó:
«Lo consideré humano, parte de nuestra labor, con los niños, con las familias».
«Son cosas que no se ven, pero normalmente las hacemos. La mayoría somos altruistas por así decir, no somos héroes, es solo parte de nuestro trabajo», agregó.
Y después dirigió un mensaje a los padres: «Que sean un poquito más responsables con los hijos, yo tengo una hija de la misma edad y no me gustaría que pasara por algo así. Nosotros estuvimos esta vez, pero no siempre será así».
Gestos así merecen ser compartidos con el mundo para que su loable labor sea recompensada, es realmente inspirador encontrar uniformados entregados al bienestar de los niños y de las familias.