No hay nada más emotivo para un padre que acompañar a su hija en momentos especiales como las tradiciones que se mantienen en casa y en el colegio. Pero una dulce niña estaba completamente devastada después de perder a su padre y no tener con quién asistir a su primer baile escolar.
El oficial escolar Nick Harvey no pudo evitar conmoverse al saber que una niña de 8 años llamada Avey Cox, de segundo grado, estaba muy triste porque se perdería el baile de papá e hija que se realizaría en una escuela primaria del distrito de Van Buren.
El padre de Avey había perdido la vida durante las vacaciones, así que el oficial supo que tenía que hacer algo.
Harvey habló con sus colegas oficiales de la escuela y sugirió que se ofrecieran como voluntarios para acompañar a cualquier estudiante sin padre al baile de papá e hija, y fue así como inició su dulce plan para ayudar a la niña.
“Me acerqué a la madre para comentarle mi idea y ella dijo que estaba bien. Lo último que quería era ser rechazado por una alumna de segundo grado.
Al día siguiente, formalmente le pregunté si quería ser mi cita para el baile de papá e hija”, dijo Harvey.
La pequeña aceptó felizmente la invitación al baile. Era algo muy especial para ella, porque nunca había ido a un baile antes y no quería perdérselo.
“Estaba emocionada porque nunca fui a un baile, sería mi primera vez y en realidad tenía muchas ganas de ir”, declaró la niña.
Cuando la gran noche llegó, Harvey quería asegurarse de que fuera un momento tan especial que Avey nunca olvidara. Fue por ella a su casa, en su vehículo oficial, portando una elegante corbata roja y un pañuelo de bolsillo con su traje negro, para combinar con el vestido rojo de la niña.
El feliz dúo se reunió con seis amigos de Avey, y sus respectivos padres como citas, para disfrutar una deliciosa pizza como cena y partir rumbo al baile escolar en una impresionante limusina.
Avey se divirtió en grande con todos sus amigos y el oficial también pudo disfrutar de un agradable momento, aunque no fuera el mejor de los bailarines.
“Avey es una niña increíble y espero poder acompañarla a todos sus futuros bailes de papá e hija”, comentó el oficial.
Harvey y Avey terminaron su día especial con un dulce helado y posteriormente el oficial la escoltó hasta su casa en su vehículo, como la tierna princesa que es.
Sin duda, fue un momento memorable para ambos. Harvey está completamente agradecido de poder pasar momentos tan inolvidables en su trabajo y Avey puede sentir un poco menos de pesar por la partida de su amado padre.
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