En los escenarios cotidianos existen varias actividades profesionales que acercan a las personas a ese mayor sacrificio por el bienestar de la ciudadanía. Esta inmolación duele, y duele mucho. En especial para los seres queridos que quedan en el mundo.
Salir a la calle y dar el ejemplo, aun a costa de perder la vida, beneficios personales o comodidades, es un precio muy alto que paga una persona que trabaja en aspectos de seguridad ciudadana y más aún cuando es servidor policial.
Un ejemplo poderoso de esta entrega y que va mucho más allá de mantener la seguridad y la integridad de las personas, lo ha dado este noble agente del orden, quien se ha dado a la tarea de hacer un club de lectores entre los niños y jóvenes que acuden a la Base Móvil en Bairro Prainha, Paulo Afonso, Brasil.
Figuereido y sus queridos niños
Ya se ha vuelto muy común ver a la cabo Figuereido rodeada de criaturas con libros entre sus manos, mismos que obtuvo a través de una iniciativa que buscaba recaudar textos de todos los géneros literarios, con la finalidad de hacer más divertida, lúdica e interesante la estancia de los nuevos lectores en el lugar.
“Diariamente, estos pequeños nos hacen compañía en la vigilancia y hoy decidí traer libros que son de un proyecto en el que trabajamos durante un tiempo. Hice una ronda de lectura con ellos y les obsequié golosinas. Se fueron muy felices”, dijo Figuereido.
Esta es una labor digna de elogio y poco común, la verdad, pero que ayuda a los menores de edad a aprender a socializar y entablar relaciones sanas, e interactuar con una mejor y más fluida comunicación entre ellos. Además, promueve el hábito de la lectura.
“Los libros fueron donados voluntariamente por cientos de personas que solidarizaron con la causa. En nombre de los pequeños, les doy las gracias a todas y cada una”, añadió.
Si le preguntáramos a un adolescente, cuántas horas pasa al día en Internet, en especial en las redes sociales, nos sorprenderíamos. Y si le preguntáramos cuántos libros ha leído en lo que va del año, nos sorprenderíamos todavía más.
Sin embargo, tal vez nunca ha sido tan importante saber leer y comprender lo que se lee como en esta época, en la cual la información fluye rápidamente y exige una comprensión y un análisis casi inmediatos
De allí la grandeza de esta mujer que supo ver la verdadera importancia de que los jóvenes no pierdan el contacto con los libros, porque, sobre todo en los niños, la lectura no solo divierte y desarrolla su vocabulario, sino que incentiva su imaginación.
Estamos muy contentos de ver acciones y contar historias como esta. ¡Felicidades a la cabo de la PM Figueiredo y a toda la organización de la Policía Militar de Paulo Afonso! Comparte esta inspiradora historia.