Si bien las labores de rescate de personas en medio del fragor de un incendio deben ser realizadas solo por personal capacitado para tal fin, muchas veces las condiciones tan adversas de un desastre de esa naturaleza hacen que alguien que no sepa nada al respecto, tenga que reaccionar rápido y poner en riesgo su propia integridad.
Sean Campbell es un repartidor que hacía sus rutinarias entregas, como todos los días. Sin embargo, cuando comenzó a acercarse en su vehículo a New Smyrna Beach, una ciudad ubicada en el condado de Volusia en el estado de Florida, Estados Unidos, supo que algo andaba mal y decidió actuar en consecuencia.
El humo y las llamas barrían con todo a su paso en una casa ubicada en Century Woods Subdivision. Una anciana había logrado salir, pero había un hombre adentro que parecía incapaz de moverse.
Campbell escuchó los gritos de auxilio y de inmediato se olvidó de los paquetes que tenía que entregar para acudir a brindar apoyo, a pesar del peligro inminente, poniendo en riesgo su propia vida.
“Escuché los gritos, y cuando escuchas algo así tienes que ir”, dijo Sean.
Sean Campbell se convirtió en un héroe gracias a su valiente y gran corazón
El hombre contó que, cuando llegó a la residencia se percató de que el hombre de la tercera edad se encontraba desorientado frente a su andadera. Parecía que no sabía lo que estaba sucediendo.
“Estaba en la cocina, ya sabes, con su andador ahí parado. No creo que realmente supiera lo que estaba pasando”, explicó.
Sean seguía conminando al hombre para que se moviese del sitio lo más pronto posible y lo instó a abandonar inmediatamente el lugar. Estaba en peligro de morir calcinado, tratando de asirse a su andadera.
En vista de que no podía moverse lo suficientemente rápido y corría el peligro de no llegar a sobrevivir, Sean echó abajo la puerta para poder alcanzar al jubilado y escoltarlo fuera, de manera rápida y segura.
Tim West el hijo de la pareja de ancianitos que hoy se encuentran a salvo
Según se cree, el fuego devastador se originó en el garaje. Tim West, el hijo del hombre que estaba dentro de la casa, llegó poco tiempo después y felicitó al joven repartidor. Aseguró estar muy agradecido con el valiente hombre por salvar a su padre.
Cuando los bomberos se presentaron en el sitio, también pudieron salvar al perro de la familia. Debido a la gran magnitud de los daños sufridos en la casa, el anciano se está quedando en casa de un nieto, por los momentos.
Esta historia contrasta fuertemente con otra que ya les hemos narrado, de un conductor de entrega tristemente célebre por hurtar el regalo de cumpleaños de un adolescente: una PlayStation 5. Nada es completamente negro y nada es completamente blanco en esta vida.
La transitoriedad de nuestra existencia en modo alguno la vuelve carente de sentido; por el contrario, estimula nuestra responsabilidad si comprendemos que las posibilidades de ayudar a otros son infinitas. Comparte esta historia valiente y decidida con tus familiares y amigos.