El pasado miércoles en horas de la tarde se conoció la noticia del fallecimiento de la comediante y actriz argentina Beatriz Bonnet a los 89 años. El empresario Carlos Rottemberg, dedicado al teatro, publicó la información en su perfil de Twitter.
La actriz falleció por complicaciones asociadas al Alzheimer y demencia senil y había sido víctima de una estafa que causó que perdiera su hogar.
Beatriz era hija de una madre soltera en una época en la que eso era considerado un estigma. Apenas tenía 15 años cuando contrajo matrimonio, pero al año siguiente se divorció, dijo con humor durante entrevista: “Él me exigía como mujer y yo era una niña, así que me mandó para mi casa”.
Poco después trabajó haciendo mandados en una bombonería en Buenos Aires, tras enviarle fotos a guionistas de cine de Chas de Cruz, una de sus imágenes llegó al director Pedro Bravo y finalmente la convocaron para un casting.
Así comenzó su carrera en el mundo artístico, en la que fue acreedora de numerosos reconocimientos.
También incursionó en el género musical, supo compaginar esta actividad con la actuación en la pantalla chica y en las tablas.
Además, se dedicó a trabajar con organizaciones defensoras de los derechos de los animales. Aseguró que en ellos encontraba los amores que perdió.
“Desde que partieron para siempre mi madre y mi hermano me refugié en los gatos y en los perros”, dijo Beatriz, quien soñaba con tener un programa de televisión dedicado a los animales abandonados y maltratados.
Durante años Beatriz estuvo alejada de los medios, hasta que hace dos años se pudo conocer que tenía una deuda de 1.800 euros en el geriátrico en el que estaba ingresada.
En ese centro de cuidado recibía la atención que requería por su edad y su deteriorado estado de salud. Trascendió que venderían su vivienda para pagar la deuda.
Una mujer y sus hijas, quienes lograron ganarse la confianza de la actriz la estafaron. Lograron que les cediera su propiedad para venderla, robaron el contenido de su caja fuerte, y el dinero de sus cuentas bancarias.
Se aprovecharon de la vulnerabilidad de la actriz por su enfermedad mental.
La actriz falleció el pasado miércoles 19 de febrero en el geriátrico donde vivió los últimos años.
El 21 de febrero en el Panteón de Actores del Cementerio de la Chacarita le dieron el último adiós a Beatriz, pero nadie asistió al homenaje. Incluso su nombre estaba mal escrito en el coche fúnebre, “Beatris”, pero no hubo nadie que se percatara para corregirlo.
No había coronas de flores, ni aplausos, ni lágrimas para la actriz que hizo reír y llorar a varias generaciones con su talento.
Tampoco celebraron una misa de responso, ni hubo seres queridos que alzaran el féretro.
Los pocos parientes de la actriz fallecida residían en la Entre Ríos, la ciudad en la que nació.
Sus compañeros recordaron en las redes su constancia y compromiso con el trabajo comentando que era la primera en llegar y la última en irse. Resaltaron que la vida fue injusta con ella, y la muerte también.
Desde el reportaje escrito por el equipo periodístico que asistió a su funeral le rindieron tributo.Comparte esta noticia,