La vida para las personas de la tercera edad no es nada sencilla. Después de pasar los mejores años de su vida trabajando y buscando lo mejor para su familia, muchos suelen ser olvidados como si se tratara de un simple objeto. Este es el desgarrador caso de una abuelita llamada Luisa Sánchez.
Luisa vive en la ciudad de Lima en Perú.
Desde el año pasado, los vecinos del lugar habían realizado un par de denuncias en las que se mostraban muy preocupados por la salud de la señora.
Al parecer, era muy común que la pobre quedara completamente sola en su casa; pero ahora las cosas se volvieron mucho más graves. Pasó una semana sin que la angustiada abuela contara con la ayuda de nadie.
La abuela tiene 87 años.
No sólo quedaba completamente atrapada en el apartamento; sino que también estaba sin acceso a comida ni a servicios básicos como la luz y agua.
Su edad es tan avanzada; que Luisa no está del todo consciente de lo que sucede pero algo sí estaba muy claro: se encontraba hambrienta.
“No me vayan a abandonar. Hace tres días que estoy aquí. No tengo dinero ni para comprarme un pan”.
En cuanto los vecinos se dieron cuenta de lo que sucedieron llamaron a la policía. Las autoridades se vieron en la obligación de acceder a su casa a través del segundo piso. Habían llegado justo a tiempo.
La pobre se encontraba en terribles condiciones. No solo había pasado mucha hambre sino que también estaba completamentedesorientada. Lo único que pedía era que la llevaran a ver a su hijo.
Los dos hijos de Luisa se llaman Max y Beatriz.
Minutos después de rescatarla, el Escuadrón de Emergencia le dio a Luisa un plato de comida que tanto necesitaba. Ella por parte, se mostró muy agradecida y amorosa con todos los que la ayudaron pero hay algo en lo que no puede dejar de pensar.
Quiere volver a casa lo más pronto posible para no preocupar a sus hijos en caso de que lleguen y no la encuentren.
“Mi hijo trabaja y yo me quedo sola en la casa. Yo trato de ayudar”.