Sabemos de sobra que si las madres harían lo que fuera porque sus hijos estén a salvo, las abuelas no hacen menos por sus nietos. Incluso cuando aquello suponga dejarse la propia piel con tal de que ellos tengan un porvenir seguro y crezcan rodeados del amor y la protección, que en muchos casos echaron en falta cuando tenían su edad.
Pero lo que hace esta abuela cada mañana, llueve, truene o relampaguee, por su nieto discapacitado, hará que no puedas contener las lágrimas.
Shi Yuying es una anciana de 76 años, que diariamente empuja la silla de ruedas de su nieto discapacitado para que pueda llegar a tiempo a la escuela. Lo hace por 24 kilómetros, y lo ha hecho durante 4 años. ¡Se dice pronto!
Shi realiza cuatro viajes de ida y vuelta al día para llevar a Jiang Haowen, de nueve años, a la escuela y regresar a casa, según declaró a un diario local.
La valiente y fuerte abuela es la única que cuida del pequeño.
“Mientras tenga fuerzas, continuaré empujándolo”, declaró Yuying.
Haowen sufre de parálisis cerebral, una condición cerebral que afecta el movimiento y la coordinación. Él no puede caminar solo y necesita cuidado a tiempo completo.
Los padres de Haowen se divorciaron cuando tenía cuatro años. Su padre ahora está trabajando en otra ciudad para poder mantener a la familia, y su madre se ha vuelto a casar, declaró la abuela en una entrevista.
La abuela y su nieto viven en la aldea de Daizhuyuan, en la ciudad de Huangguan, en el condado de Guanyang, de la provincia de Guangxi.
En un inicio, en vista de la necesidad, la anciana se valía de una bicicleta para empujar a Haowen. Pero, afortunadamente en el pasado mes de julio, las autoridades locales proporcionaron a la familia una silla de ruedas, que les permitiría aliviar en algo la situación de pobreza extrema en la que viven.
Desde entonces, la anciana ha estado usando la silla de ruedas para sus carreras matutinas hacia la escuela de su nieto.
Haowen fue diagnosticado con parálisis cerebral cuando tenía alrededor de dos años, cuando notaron que no había aprendido a caminar. Fue entonces cuando los padres del niño lo llevaron al médico y tras algunas pruebas, detectaron la discapacidad.
Después, llevaron a Haowen a ciudades cercanas, como Nanjing y Liuzhou, para un tratamiento alternativo, pero los resultados no fueron positivos. Por si no tuvieran mucho con la enfermedad del pequeño, la familia se encontró con enormes deudas debido a las facturas médicas.
La abuela declaró que ella necesita llevar al niño dos veces al día, una por la mañana y otra por la tarde, por lo que tiene que hacer el mismo recorrido cuatro veces al día.
Sin embargo, Shi dijo que estaba feliz de asumir la tarea. Ella además está muy orgullosa de su nieto, porque aunque no puede moverse libremente, es un niño muy inteligente. En la escuela le han dicho que «es muy bueno para las Matemáticas y que tiene una memoria prodigiosa».
Haowen tiene la suerte de que su abuela se ocupe de todos los aspectos de su vida, pero ciertamente se le encoge el corazón cuando piensa en el futuro de Haowen, cuando ella ya no esté en este mundo.
Por el momento, vive el presente y mientras le quede aliento, trata de hacer lo imposible para que Haowen tenga una vida lo más normal posible. Ella dijo que no pierde la esperanza de poder enviar a su pequeño algún día a una buena escuela para niños discapacitados, donde Haowen pueda ser tratado como merece.