Vivian Cunningham es una mujer de 78 años que no parado de dar lo mejor de sí a lo largo de toda su vida. Es una madre, abuela y bisabuela. Trabajó en diferentes empleos durante varios años hasta que finalmente se retiró.
Cualquiera diría que esto es más que suficiente para disfrutar de un merecido descanso, pero ella estaba dispuesta a seguir logrando cada día más. Decidió empezar una carrera universitaria.
“Me encanta leer para aprender cosas nuevos. De verdad disfruto mucho la educación”, dijo Vivian.
Vivian comenzó a recibir clases en la Universidad Samford de Birmingham, Alabama. Quería recibir un título en Estudios Liberales.
Para muchos, comenzar un proyecto tan dedicado a una edad avanzada no tendría sentido, pero la dedicada bisabuela no planeaba quedarse de brazos cruzados.
“Sigan sus sueños. No dejen que nadie les diga que no pueden hacerlo. Luchen y mantengan a Dios presente en sus metas”, dijo Vivian.
Sus primeras clases fueron presenciales, pero con el comienzo de la pandemia tuvo que cambiarse a la modalidad virtual. Esto se convirtió en un reto mucho más grande ya que no estaba muy familiarizada con el uso de ordenadores.
“Mi hija me ayudó y me enseñó cómo debía usar el ordenador. Mi cuñado también se tomaba mucho tiempo para explicarme qué debía hacer. Tuvieron mucha paciencia”, agradeció Vivian.
No resultó sencillo, pero Vivian disfrutó cada etapa. Adora leer y aprender nuevas cosas. Después de 6 años todos sus esfuerzos dieron resultados y celebró su graduación por todo lo alto.
“A veces quería renunciar, pero tuve muchísimo apoyo. Sabía que debía seguir adelante”, dijo Vivian.
Su familia entera acudió para felicitarla y no podían estar más orgullosos de Vivian. Algunas de sus hijas, nietos y amigos se sintieron tan inspirados con el logro de Vivian que decidieron retomar sus estudios.
“Nos ha motivado a todos. La educación es muy importante en nuestra familia y Vivian demostró que podemos lograr cualquier cosa”, dijo Tarra Barnes, su hija.
Lo más sorprendente es que no es el primer gran logro de Vivian después de retirarse. En 1992, cuando dejó de trabajar, utilizó el dinero de su pensión para pagar sus estudios y recibir una licenciatura como asistente legal.
Por si esto fuese poco, la bisabuela está dispuesta a continuar y se encuentra considerando alguna maestría.
No hay dudas de que Vivian no es una señora convencional de 78 años pero sí es un ejemplo a seguir para personas de cualquier edad.
Si tienes un sueño que suene imposible o absurdo, no dudes en seguir el ejemplo de Vivian. Todo lo que tienes que hacer es trabajar muy duro y seguir adelante sin importar los obstáculos que se atraviesen. ¡Comparte!