Lewis Hornby es un joven que tiene un gran talento para ayudar a los demás. A pesar de su corta edad, ya ha logrado generar un gran impacto en el mundo y gracias a un curioso invento que hizo inspirado en su abuela.
Lewis presentó su invento con apenas 24 años de edad.
Pat ha sido una paciente con Alzheimer durante los últimos años. Su familia se encarga de darle la mejor atención posible, pero en una ocasión su salud decayó vertiginosamente y tuvieron que trasladarla al hospital.
Lewis es muy creativo y estudio Artes en la universidad.
Se trataba de un severo caso de deshidratación. Fue allí cuando Lewis se dio cuenta de lo mucho que este puede afectar a las personas con Alzheimer o demencia. Quería buscar alguna manera para poder ayudar a su abuela así que se dedicó a hacer una investigación para averiguar por qué la hidratación se volvía un problema tan grande en estos pacientes.
“Hablé con un psicólogo, pasé una semana viviendo en el hogar de cuidado de mi abuela y charlé con los médicos”.
Con el crecimiento de los síntomas, las personas con estas enfermedades pueden comenzar a presentar dificultades para tragar.
Tomar un vaso de agua con sus manos y realizar la acción de llevarlo a la boca también puede volverse una tarea muy difícil. Pero eso no es todo: las medicaciones que reciben para mantener al margen el proceso degenerativo afectan de manera notoria su hidratación.
“Algunos medicamentos relacionados a la demencia pueden hacer que la deshidratación sea mucho más grave”.
Era hora de crear una solución para poder ayudar a su abuela y a tantos otros pacientes y fue así como nació Jelly Drops. Se trata de unas pequeñas gelatinas en forma de golosina que contienen un 90% de agua.
Vienen en varios colores y sabores lo cuál las hace sumamente llamativas para estos pacientes. Además, son mucho más fáciles de ingerir sin el enorme esfuerzo que puede significar para ellos tomar un vaso de agua.
“Son una especie de pequeñas golosinas para pacientes con demencia”.
La primera en probar las Jelly Drops fue Pat y el resultado fue todo un éxito. En 10 minutos comió siete gotitas lo que es el equivalente un vaso de agua. En un día normal alcanzar este nivel de hidratación le hubiese tomado más de dos horas.
El dedicado trabajo de Lewis no para de ser comentado por especialistas de todo el mundo.
Lewis espera que en los próximos meses se puedan empezar a comercializar los Jelly Drops