Una de las consecuencias más devastadoras para los pacientes de coronavirus es el aislamiento al que deben estar sometidos mientras reciben su tratamiento. En el peor de los casos, muchos mueren sin siquiera poder despedirse de sus seres queridos.
La situación es devastadora para los que luchan desde sus hogares o desde un hospital contra la enfermedad que desde el año pasado ha cobrado millones de vidas.
En muchos países de Latinoamérica en los que hay altos índices de pobreza las cifras de contagios son alarmantes. En Brasil, fallecen decenas de personas cada hora.
Lidiane Melo, de 36 años, es una enfermera de ese país que empleó una técnica para ofrecerle consuelo a sus pacientes.
Uno de los pacientes que antedía tenía la mano muy fría, ella intentó regular la temperatura, pero no funcionó, presentaba problemas circulatorios.
“Su mano estaba muy fría. Lo envolví en algodón ortopédico y venda, que es una práctica prevista en enfermería, pero no funcionó. La circulación no mejoró.
Pensé en mojarle la mano con agua tibia, pero debido al riesgo de contaminación, la idea no fue buena. Pensé un poco más y metí el agua tibia dentro de los guantes quirúrgicos y con ellos envolví su mano”, relató Lidiane en una entrevista.
Contó que la idea surgió el año pasado cuando tenían dificultades para mediar la saturación de oxígeno de un paciente ingresado por coronavirus en la Unidad de Cuidados Intensivos.
En ese momento, gracias a los guantes mejoró la circulación en el paciente regulando el suministro de sangre en los tejidos de su cuerpo. Finalmente, pudieron medir la saturación de oxígeno y ofrecerle el tratamiento que necesitaba.
Aunque la técnica la idearon hace más de un año, recientemente, Lidiane encontró una foto de aquel paciente en su teléfono móvil y decidió publicarla en sus redes sociales.
La imagen se hizo viral rápidamente, y su gesto para consolar a quienes padecen en completa soledad emocionó al mundo entero.
“La técnica de la mano de Dios”, así reconocieron miles de personas el gesto de la enfermera.
Efectivamente, esa “mano”, ofrece serenidad y consuelo en un duro momento a los que con incertidumbre y muchísimo miedo batallan contra el inclemente virus.
Lidiane recordó el caso de una paciente que les pidió que no la dejaran morir.
“No nos dejó sedarla, solo dijo que no podíamos dejarla morir, que tenía dos hijas y dos nietas, que se ocupaban de la familia. Después de una conversación, me pidió que le tomara la mano, dije que no podía que tenía otros pacientes que atender, pero que iba a hacer algo.
Hice la manita, ella se calmó, dijo que parecía que yo la estaba tomando de la mano, y yo dije que no era mía, que se suponía que ella pensaba que era la mano de Dios, que la iba a ayudar a salir de allí”, dijo la enfermera.
Esa paciente logró sobrevivir y la técnica de “la mano de Dios” fue aplicada en otros pacientes. Algunas enfermeras escribieron mensajes alentadores sobre los guantes.
Las declaraciones de Lidiane han conmovido a miles de personas, su mensaje representa una esperanza para los pacientes de coronavirus y para sus familiares.
En Brasil la situación es muy crítica, este miércoles se registraron más de 4.000 fallecimientos en apenas 24 horas. Los contagios, que suman 13 millones, siguen en ascenso.
Además, la variante de Manaos que se está propagando alarma a toda la población de la nación sudamericana que vive una lamentable crisis.
En medio de tantas preocupaciones, y de los estragos de la pandemia, un gesto de amor como este es esperanzador. Compártelo.