El pequeño Braiden Prescott nació con una misión muy especial, a su corta edad se ganó el corazón de millones de personas para enseñarnos que a pesar de que las condiciones sean adversas y nos invada el dolor debemos mantener la esperanza y una sonrisa.
Los niños con ángeles en la tierra, su inocencia y la luz que irradian a todos no tienen comparación. Es extremadamente difícil comprenderlo, pero a veces ellos despliegan sus alitas para regresar al cielo y convertirse en la estrella más bonita que iluminará nuestro camino.
Braiden tenía dos años de edad cuando le diagnosticaron un extraño tipo de cáncer, neuroblastoma. Wayne y Steph Prescott, sus padres recibieron la devastadora noticia de que a su pequeño le quedaba poco tiempo de vida.
La familia es de Manchester, y compartieron en sus redes sociales una imagen que se quedará por siempre grabada en la memoria de todos.
Los últimos momentos de vida del pequeño Braiden quedaron registrados en una fotografía desgarradora donde está en los brazos de su padre.
Braiden le dijo a su mamá: “¡Una foto ahora!”, y poco tiempo después falleció tras una larga y dolorosa lucha contra el cáncer en medio del dolor y exhaustivos tratamientos el amor de su familia era la mejor medicina para mejorar su ánimo.
El papá de Braiden se estremeció al escuchar que su pequeño estaba ahogándose, así que presintió que ese momento al que tanto temían estaba muy cerca.
“Desperté a Braiden, debía sostenerlo, pero como no pude lo senté sobre las rodillas de su papá, quien lo abrazó mientras yo sostenía su mano a su lado”, contó la mamá del pequeño guerrero.
A pesar de que el niño estaba sufriendo fuertes dolores en su mandíbula, producto de los tumores y tenía días que no hablaba, sorprendió a sus padres cuando exclamó pidiéndoles que le tomaran una fotografía.
La madre de Braiden llamó a la enfermera y ella le dijo que eran sus últimos momentos. Esas serían sus últimas palabras, después de tomar la foto, Braiden suspiró y falleció.
Ellos decidieron compartir esa desgarradora imagen de Braiden junto a su papá, un recuerdo que los acompañará por siempre y que demuestra cuánto amor hay entre ellos, un amor que los une más allá de la vida.
Poco tiempo antes, el niño preguntó por sus abuelos, que habían estado visitándolo durante el día.
La madre de Braiden comentó que “Cuando murió nos conmovió el alma, no quieres pensar que estás perdiendo a tu bebé aunque sabíamos que sucedería. Yo estaba paralizada. Braiden fue diagnosticado en el año 2012, pero hace un año y medio yo sabía que algo no estaba bien. Puede ser por el instinto materno”.
Al pequeño le aplicaron once tipos diferentes de quimioterapia, pero no pudo resistir.
Lo operaron para extraer tumores en la cadera, pero en una exploración solicitada por la madre encontraron una masa en su estómago y un revestimiento en sus huesos, que indicaban que era cáncer. Tras estudios médicos, supieron que se trataba de neuroblastoma.
Trasladaron a Braiden a Estados Unidos para someterlo a los tratamientos adecuados para combatir su enfermedad, pero sufrió dos recaídas y el pasado 01 de septiembre de 2016 a las 5:05 de la madrugada falleció en su casa.
Sus hermanos, estuvieron ahí, era importante para ellos darle el último adiós después de acompañarlo en su batalla.
Los padres de Braiden consideran que la imagen es estremecedora, pero quieren crear consciencia acerca del neuroblastoma. Si sus niños tienen lesiones en las piernas, cojean, tienen fiebres repentinas y pérdida de apetito, es hora de hacerles estudios médicos.
“Todos los días hablamos de Braiden, queremos recordar que su memoria siempre se mantiene viva en nuestro corazón y recuerdo. Jamás lo olvidaremos”, dijo Steph, la madre del pequeño.
Ella tiene casi veinte semanas de embarazo, tendrá una niña y dice que es un regalo de Braiden, que siempre había soñado con tener una hermana. Siempre los acompañará desde el cielo.
Lamentamos mucho su partida, compartamos un mensaje de solidaridad con sus familiares. Y sobre todo, crear consciencia acerca de esta terrible enfermedad y la importancia de saber cómo detectarla a tiempo.