Bonnie Jacobson es una joven que trabajaba como mesera en Red Hot Tavern, Nueva York.
Durante años, Bonnie realizó su labor sin ningún inconveniente pero cuando recibió la noticia de que todos en el trabajo debían recibir la vacuna contra el coronavirus decidió enviar un correo electrónico a su jefa para explicarle que no quería recibir vacuna alguna.
“Fui honesta. Dije que no me vacunaría al menos por los momentos. Quería consultarlo con un médico”, dijo Bonnie.
Poco antes de la pandemia, Bonnie se había casado con su pareja y se encontraban ansiosos por formar una familia. Lamentablemente, la cuarentena y las medidas de aislamiento hicieron que esos planes se retrasaran un poco.
Ahora, Bonnie y su esposo estaban decididos a buscar el embarazo y esperan recibir la noticia de que se convertirían en padres en cualquier momento.
En caso de que llegase a quedar embarazada, Bonnie no estaba segura de cómo la vacuna podría afectar la salud de su bebé.
“Ya hemos pospuesto nuestros planes de ser padres. Odiaría que algo me sucediera y la vacuna se convirtiese en otro motivo para tener que esperar por unos años más”, dijo Bonnie.
Al comienzo, sus jefes se mostraron completamente comprensivos. Sin embargo, un par de semanas después le enviaron un correo electrónico en donde le informaron que ya no formaba parte del equipo de Red Hot Tavern por su negativa a recibir la vacuna contra el COVID-19.
“Queremos un ambiente de trabajo seguro. A partir de ahora tu contrato ha llegado a su fin. Estamos tristes de tener que verte ir”, dijo el correo de la jefa de Bonnie.
La joven quedó en shock y se encuentra en la búsqueda de un nuevo empleo para poder sobrellevar la difícil crisis económica. La joven camarera encontró su despido como algo terriblemente injusto, pero por los momentos no tiene planes de demandarlos ni de pedir su antiguo trabajo de vuelta.
“La vacuna es una decisión personal para las mujeres embarazadas”, dijo un portavoz del Centro de Prevención y Control de Enfermedades.
Desde comienzos de la pandemia, es mucho lo que se ha dicho sobre las vacunas. Algunas personas creen que significan un verdadero peligro para la salud pero ese no es el caso de Bonnie.
Ella simplemente está preocupada por el efecto que podría tener en una mujer embarazada.
“Los riesgos actuales de la vacuna en una mujer embarazada y en su feto son desconocidos. Estas vacunas no se han estudiado todavía en mujeres en estado de embarazo”, dijo un portavoz del Centro de Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos.
El caso de Bonnie ha causado una enorme controversia en las redes. Muchos se preguntan si realmente recibir la vacuna debe ser una decisión personal. Otras la apoyan por velar por la salud de su futuro bebé.
¿Qué opinas de la decisión de Bonnie? No te vayas sin compartir esta nota que ha dado tanto de qué hablar.