Manejar un negocio pequeño no es nada fácil, debido a que es mucho el esfuerzo e inversión que se debe realizar para tener un poco de ganancias. Esta situación se complica aún más cuando se enfrenta a clientes problemáticos o distraídos que no valoran el trabajo de los otros.
Esta fue la situación a la que se enfrentó la pastelera brasileña Ariane Sirugi de Souza Cunha, de 37 años de edad, después de recibir el pedido de un pastel extremadamente elaborado, decorado con pasta fondant, para el que no hizo ningún contrato que comprometiera al cliente a pagarle.
Además del trabajo que implicaba la decoración del pastel, Ariane debía tenerlo listo en solo 4 horas. La mujer decidió aceptar el reto, confiando en la honestidad de la persona que requirió su trabajo.
La talentosa pastelera realizó un delicioso y hermoso pastel con temática de jirafa, colocando un enorme listón rosa que lo hacia lucir aún más espectacular. Se comunicó con el cliente para hacerle saber que estaba lista la orden, sin esperar que su esfuerzo fuera en vano.
“Llamé para decirle que estaba listo el pastel y me preguntó por la ubicación. Solo entonces descubrió que la pastelería estaba a 326 kilómetros de distancia”, narró Ariane.
Al percatarse de que el pedido lo había realizado en otro Estado y que era imposible que pudiera llegar hasta ahí, el cliente simplemente decidió colgar el teléfono y dejar a la pastelera con el pastel, tiempo y recursos invertidos.
Desesperada, Ariane acudió a las redes sociales para poder encontrar un nuevo comprador para su pastel. Pero sabía que no sería nada fácil siendo una solicitud tan específica y de emergencia. En WhatsApp no obtuvo respuestas, pero en Facebook su suerte cambió.
Nadie quería comprar el pastel
Una buena mujer, que ya conocía el talento de Ariane, quedó conmovida por lo que la situación y decidió ayudarla comprando el pastel por la cantidad de 35 dólares. Celebraría su cumpleaños con él, aunque aún faltaban días para la fecha.
Adelantó su celebración de cumpleaños 15 días para ayudar a la pastelera
El cumpleaños de Amanda fue el pasado 26 de enero y ella compró el pastel el día 11, porque no quería que el trabajo de Ariane terminara en la basura. Estaba muy cerca de la pastelería y cuando lo tuvo en casa, compró rápidamente bebidas para acompañarlo y poder disfrutar con sus seres queridos.
La familia de Amanda estaba confundida por la situación, pero en cuanto probaron el delicioso sabor del pastel olvidaron todas sus dudas y se centraron en comer. No importaba cómo había sido, lo importante era celebrar a la mujer con tan rico postre.
La bondad de Amanda evitó que Ariane perdiera dinero que es vital para su pastelería, quien seguramente nunca volverá a hacer un pastel sin un contrato previo.
Sin duda, siempre se puede ayudar a los demás cuando se hace desde el corazón. Tu también sé siempre empático con los demás y respeta su trabajo. Comparte.