Tener un hijo es el sueño de muchas mujeres y, sin duda, es una etapa hermosa en la que se descubre lo increíble que es la naturaleza; al ser testigo del nacimiento de un bello ser que crece a pasos agigantados.
La pareja intentó tener un bebé durante 10 años sin éxito alguno
Sin embargo, no siempre es fácil cumplir con este sueño. Esto lo sabe bien una mujer brasileña de 39 años que tuvo que pasar por nueve procesos de fertilización in vitro, enfrentándose a la perdida dolorosa de seis bebés.
El corazón de Solana Guimarães y su esposo estaba destrozado. Parecía que no había nada más que pudieran hacer y cada vez tenían menos esperanza en que ocurriera un milagro. Hasta que la hermana de Solana, Anaterra Guimarães, de 38 años, se ofreció a llevar en su vientre a su sobrino para poder ver feliz a su familia.
«Ya tengo una hija de seis años y lo mejor en la vida es poder ser madre. Ayudar a mi hermana en esta misión es maravilloso», afirma Anaterra.
Al principio, Solana y su esposo no querían aceptar el noble ofrecimiento de Anaterra porque no querían hacerla pasar por todos los cambios que suceden en un embarazo a una mujer, solo por cumplir su deseo. Pero, tras realizar todos los procedimientos médicos posibles, terminaron aceptando el pasado julio de 2020.
«Estaba muy reacia a aceptar que Anaterra fuera mi vientre de apoyo porque pensaba que no era justo que ella se sacrificara hasta ese punto por mí. Hoy, en este tramo final del embarazo, doy gracias a Dios, todos los días, por permitirnos vivir esta hermosa historia de amor. Nunca podré agradecer lo suficiente lo que ella y su familia hicieron por mí”, señaló Solana.
El embarazo se llevó a cabo sin problema alguno y el pasado 18 de febrero, a las 8:46 am, llegó a este mundo el pequeño Dante, en el hospital de maternidad Octaviano Neves, ubicado en el barrio de Santa Efigênia, en la región oriental de Belo Horizonte.
El bebé pesó 3.600 kg y midió 49 centímetros
Dante y Anaterra se encuentran en perfecto estado de salud. Solana pudo presenciar todo el proceso de parto, sin poder creer que por fin podría tener a su bebé entre sus brazos, todo gracias al amor de su hermana.
«Fue muy emotivo, no pude contener las lágrimas. Vi a mi hermana traer a mi hijo al mundo como un regalo para mí. Yo corté el cordón umbilical. Dante es muy hermoso y saludable», dijo la feliz madre.
Ahora no hay nada que separe a Solana y a su esposo de vivir la gran experiencia de ser padres. Solana se sometió a un tratamiento para poder amamantar al pequeño y está feliz de poder hacerlo, todo su amargo pasado quedó atrás.
El amor y entrega de una familia no tiene límites. Nunca dejes de apoyar incondicionalmente a la tuya y comparte esta emotiva historia.